Ernesto Madrid
Para el presidente Andrés Manuel López Obrador no hubo ilegalidad en el Senado por las iniciativas aprobadas en fast track y propuestas por él porque son, dijo en beneficio de la gente, pero la oposición, “López Obrador exhibió su autoritarismo para anular la división de poderes y convirtió a sus senadores en lacayos descarados que sólo saben cumplir sus órdenes”.
Y mientras para el presidente Se discutieron donde tenían que discutirse y por tratarse de reformas a leyes, lo único que se necesitaba en el Senado era la votación de una mayoría simple, es decir el 50% más uno, cifra que Morena y aliados tienen en la Cámara Alta pues para el presidente “entonces, ¿dónde está la ilegalidad?”, reclamó.
La realidad es que lo anterior constata de lo que el presidente López Obrador dijo en campaña, que deseaba “un cambio de régimen” y entre las contradicciones se advierte la concentración de autoridad en una sola persona, que ha llevado a someter a otros poderes y órganos autónomos, lo cual, sin duda, choca con el diseño de una democracia como la que se había estado concordando en el país.
Es por lo que la oposición en voz del dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) Marko Cortés, advierte que una “característica de las dictaduras es reformar leyes a gusto del líder, por encima de la Constitución, como se hace en este gobierno” por lo que advirtió que “habrá de impugnar el desaseado proceso legislativo a través del cual la mayoría bruta aprobó leyes de manera ilegal con el fin de reconstruir el país, volver al Estado de derecho y cambiar el rumbo” que son tareas urgentes.
No hay ilegalidad por reformas aprobadas, pero oposición señala que pisotearon al Congreso
Quizás lo que no se ha entendido de López Obrador es que ese cambio implica el retorno al diseño de Estado que tuvimos por muchas décadas, sin órganos autónomos y sin poderes Legislativo y Judicial independientes.
En este sentido el PAN señaló que el presidente mostró su desprecio profundo a la Constitución, al relegar a los Poderes de la Unión, esta vez el Legislativo, y ordenar aprobar con una mayoría simple y de manera exprés reformas que necesitaban el aval de todas las fuerzas políticas y sobre todo el conocimiento de la sociedad.
Porque lo que ocurrió en la casona de Xicoténcatl, en la que sesionó la mayoría del Senado, es decir Morena y sus aliados en la que se aprobaron 20 reformas, una cada 10 minutos y algunas de ellas constitucionales fue como un retoro al pasado, hasta aquel 1976 en el que prevalecía la hegemonía de un solo partido y de un solo tricolor, porque habrá que recordar que desde 1946 cuando se creó el PRI y hasta ese año, todos los senadores fueron del PRI.
Y ahora como en esos momentos, los legisladores acataron sin objetar las instrucciones del Jefe Máximo de Palacio Nacional y quedó atrás el sueño democrático que se había logrado en el año 2000 cuando ya no hubo un partido que tuviera mayoría absoluta, había una representación del pueblo en el Congreso, pero ahora con la falsa idea de que todo el país está a favor de la 4T se quiere hacer creer que todo marcha de acuerdo a la modernización política y democrática que requiere el país.
Es como si viéramos un reflejo del pasado retornado al presente y con la amenaza de volverse arraigar en el futuro.
