Código Abierto
Nos dicen que más allá de la relación que debe haber entre los órganos de gobierno, llámese gabinete o poder legislativo, hay cordialidad, respeto y reconocimiento sincero entre el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario del Movimiento de Regeneración Nacional.
El senador ha sabido escuchar, pero sobretodo negociar y dialogar, por lo que está Cuarta Transformación se ha alzado con logros en productos legislativos muy difíciles de lograr. Todo gracias a Monreal, que además de empático es respetuoso y le prodigan sus pares la misma consideración con la que él los trata.
Por eso, es el hombre de la conciliación, nada de bajos golpes tampoco de insultos y gritos. Menos de desmesura. (Se tenía que decir y se dijo).
Adán Augusto reconoció esto ante el Pleno hoy en su comparecencia por el IV Informe de Gobierno.
No debemos dudar que Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, debió allanarle el camino para que al titular de Gobernación le fuera lo menos mal posible, aunque no falto quien sí increpó su actuar.
Así que Adán, el de la manzana de la discordia y un corcholato, debió ir cuando menos nervioso. Es poco empático pero Monreal le metió el hombro.
Ojalá tome en cuenta no la ayuda de María Auxiliadora pero su del senador zacatecano.