*Mejor ya no dieron las cifras de contagiados y defunciones por pandemia
Miguel A. Rocha Valencia
Ahora de plano, ya no hay informe oficial en televisión abierta acerca de los estragos que causa el SARS-CoV-2. Hugo López-Gatell, vocero de Salud definitivamente ya no informó el número de muertos y contagiados a causa de la pandemia y sólo con sus habituales gráficas, dijo que ya disminuyó la cantidad de víctimas y hay más camas para hospitalización.
De hecho, López-Gatell y su fiel escudero, José Luis Alomía Zegarra, se tomaron toda la hora de la conferencia de prensa para acusar a los medios de desinformar y “convencer” que, aunque larga, la pandemia ya disminuyó, pero no presentó número de víctimas que respaldaran su dicho
Y mientras, la Cuarta Transformación ya no sabe por dónde caminar; con diez mil empresas cerradas, las que generan empleo, no la de los magnates Slim o Salinas, y más de 12 millones de personas en el desempleo, sólo atina a descalificar a los periodistas críticos y casi los acusa de ser causantes de la tragedia nacional.
De plano el gran sacerdote de Palacio Nacional, volvió a tomarla contra los periódicos Reforma y Financiero, los más objetivos, aunque se le olvidó, “sólo por hoy” estigmatizar a El Universal y ya sin cubrebocas o bozal, acusó directamente a los periodistas Pablo Hiriart y Raymundo Riva Palacio de desinformar, bueno los quiso ofender diciéndoles salinistas olvidando que el T-MEC firmado con Trump, de lo cual se enorgullece, es “hijo” de Carlos Salinas de Gortari, ni más ni menos que del “jefe de la mafia en el poder”.
Los López, Obrador y Gatell, están ofendidísimos porque en ambos diarios se apuntó que México ya tiene más muertos que Italia y que en porcentaje, ocupamos ya el cuarto lugar mundial en víctimas fatales. Bueno indicaron que las comparaciones no eran correctas, pero no dijeron por qué.
Pero como López, el de Palacio, estaba muy indignado, quiso presumir que llegaron más remesas a México procedentes de Estados Unidos y todavía fue más cuando afirmó como gran logro, que, gracias al pacto comercial, nuestro país aportará la mano de obra.
Es decir, presumió que México es un maquilador nato y que eso debemos fomentarlo. Es como si festejara que carecemos de industria propia y no subsidiaria de la economía del norte, donde de nueva cuenta su presidente Trump, insistió en un muro real y que se alza a lo largo de la frontera. Entre más lejos los mexicanos, mejor.
Porque sin reconocerlo, el presidente de “los pobres” se mostró conforme de entregar mano de obra barata a Estados Unidos. Eso quedó claro cuando anunció que continuará trabajando de manera coordinada con los sindicatos y los empresarios para que los incrementos salariales sean por encima de la inflación, es decir, ya no buscará que se igualen a los de los obreros estadounidenses como tantas veces ofreció en campaña.
Y mientras, los números en economía continúan en picada, y los de la pandemia al alza. Tan es así que prefirieron ocultarlos en la conferencia y al aire sólo por la palabra de los funcionarios sabremos que estaremos mejor, si nos cuidamos.