Deberán medir López y secuaces las consecuencias de la “consulta”
Miguel A. Rocha Valencia
Sea cual sea el juego de López Obrador y su séquito de lacayos incondicionales en el legislativo con eso de la consulta para llevar a juicio a los ex presidentes, cualquiera que sea el resultado, lo pagarán los morenos en particular y México en lo general.
Y no porque se esté contra del castigo a la corrupción, pues si así fuera, tendrían que iniciar con el actual titular del Ejecutivo, tan sólo por no cumplir su responsabilidad constitucional de respetar y hacer cumplir la ley, pues él y los suyos, son los primeros en violarla con toda impunidad al hacer manejo partidista de los recursos públicos, además de repartirse canonjías, proteger al crimen organizado y manejar equivocadamente políticas en salud, seguridad y economía, hundiéndonos en la peor crisis de la historia reciente.
La corrupción debe castigarse y no sólo usar el discurso con fines políticos. Ya se sabe que en el caso Lozoya, hay intereses de padrinazgo de López con la familia del acusado-colaborador y de ella con Carlos Salinas de Gortari.
También se sabe que uno de los tres que se prometieron lealtad en la facultad de Economía, además de Emilio Lozoya Thalman y Carlos Salinas, fue Manuel Camacho, posterior mentor de López Obrador, a quien entregó 150 millones de pesos.
De eso hay testimonios.
O sea que son de la misma comalada; el tabasqueño cojea del mismo pie y si busca venganza contra Salinas, será sumando la revancha de los Lozoya y de Camacho Solís por ¿traicionarlos?
El caso es que, si el escándalo crece y para eso el Peje cuenta con el apoyo de sus siervos líderes en el Congreso federal, se van a embarrar todos de las mismas heces. La más reciente encuesta indica que por primera vez el 58 por ciento reprueba la gestión de López Obrador y que si la tercera parte de quienes votamos en 2018 lo hicieron por él, ese momio ya está por abajo o bien, que dos tercios lo harán en su contra, incluyendo a indecisos.
Esto comprueba dos cosas: la primera que los morenos y su tlatoani están realmente preocupados por la elección del año próximo y que se van a jugar hasta el pellejo para rescatar algo. La otra es que se comprueba la teoría de que entre más hagan y se muevan, más se van a equivocar y hundir.
Tal vez por eso algunos analistas consideran bueno que López siga provocando escándalos; de eso y mentiras está hecho su discurso. No hay más, ni siquiera una receta para salir de la crisis, sólo la recurrente visión de que “estamos bien”, “ya vamos de salida”, que es desmentida por los números y su propio secretario de Hacienda.
López se equivoca. Para enjuiciar a ex presidentes, no bastará sólo con su palabra, necesita pruebas y las de Emilito Lozoya Austin, ya están muy desacreditadas y a él ya le empieza a caer encima el escupitajo que lanzó para arriba.
Y todavía le hacen la pantomima los líderes morenos en el Congreso “evaluando” la posibilidad de lanzar una consulta para enjuiciar a expresidentes. Mejor que hagan una interna para saber lo que eso les va a costar, pues muchos de ellos, iniciando por el Senado, son del mismo establo, ahí abrevaron y tienen cuentas pendientes incluso con el crimen.
No sólo deben pensar en consecuencias para su partido y en lo personal, sino lo que le van a causar al país con ese escándalo del que pocos de la clase política se van a salvar.
