Inicio PolíticaCongresos México, un país dividido – Opinión

Por Óscar Sánchez Márquez

A dos años del autonombrado gobierno de la 4T, México es un país profundamente  dividido. Esto es un hecho irrefutable, más allá de logros o desaciertos del Presidente de la República y su gabinete legal y ampliado.

En el análisis de estos dos primeros años  del gobierno de Andrés Manuel López Obrador no faltarán las posturas maniqueas que apunten que México era ya un país dividido por pobreza y marginación, en especial por esa desigualdad social que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

Esto también es cierto, pero en el fondo de lo que se trata en este momento es hacer un corte de caja de los compromisos que asumió este gobierno hace dos años.

Por ello es importante medir lo que se ha hecho, en concreto, en estos últimos 24 meses, y no distraer el debate con discursos acerca de lo  que se hacía o de dejaba de hacer en el pasado.

Esos hechos y a sus respectivos responsables la historia los está colocando en el lugar  que les corresponde.

Andrés Manuel López Obrador cerró su primer tercio de gobierno con niveles de aceptación popular entre 55 y 61 por ciento. La propia Presidencia de la República promociona que siete de cada diez mexicanos apoyan al Primer Mandatario.

El logro principal del gobierno actual es su agenda anticorrupción. Y no hay más. No es cosa menor, es verdad, pero es lo único.

Los números siempre están sujetos a la interpretación y dan pie a lecturas distintas, depende quien realice esa lectura y para qué.

Pero la realidad es irrefutable, se vive, se siente, se palpa. Y lo que ocurre en la sociedad mexicana a dos años de este gobierno es una polarización en todos los ámbitos, social, económico, político, cultural. No hay sector que no esté confrontado.

Es difícil decirlo sin propiciar reacciones diversas al propio planeamiento, pero en aras de ser lo más centrado posible en el ejemplo, el gobierno es el  centro del debate, de la confrontación, de la división, ya sea  por las decisiones que adopta o por la forma en que  relaciona con los propios actores de esos ámbitos.

¿Qué es lo que  ha propiciado esa polarización?

Sin duda uno de los factores más relevantes es la expansión de los procesos de comunicación masiva, impulsados por el desarrollo de nuevos modelos tecnológicos, lo que propicia que la gente en general esté más informada, bien o mal informada, y que a partir de ahí fije sus propias posturas, algunas a favor otras en contra, y todo esto forma parte de una dinámica constante y creciente.

No hay día que la sociedad esté exenta de algún tipo de polarización donde aparece el gobierno, su partido, Morena, sus funcionarios  y las decisiones de todos ellos.

Del otro lado, a un nivel meramente contestatario, están representantes de la llamada oposición política, PRI, PAN, PRD, Movimiento Ciudadano. Otros sectores claves que están en medio del debate constante son los empresariales, financieros, culturales, de los medios de comunicación, activistas, líderes sociales y una larga lista.

Lamentablemente este es un proceso que está llegando a los límites, simplemente porque los niveles de resistencia y tolerancia no pueden ser permanentes.

Algunos ejemplos de ese peligroso desgaste y consecuente divisionismo que crece en la sociedad son los siguientes.

El presidente de la República se está quedando  sólo en su retórica. La mañanera se está convirtiendo en un espectáculo que sirve a sus críticos porque permite que se exhiba.

La credibilidad del gobierno de la 4T es cada vez menor. El Doctor Hugo López Gatell es vivo ejemplo de ello, ya que éste se ha convertido en un “showman”, es bueno en lo que hace en su dinámica diaria, es divertido, incluso bonachón, pero cada día se le cree menos en lo que dice y hace. Cada vez que López Obrador sale a defenderlo, no lo fortalece, lo debilita.

Con la 4T, México es un país de mayorías conformes con lo que reciben en efectivo, pero desconocedoras de los costos de mediano y largo plazo de una parálisis productiva, de innovación y desarrollo.

Con la 4T, México es un país de mayorías que están pasando de la esperanza a la incertidumbre, al miedo y quizá dentro de muy poco tiempo, al rencor político y social. El tiempo es el único catalizador de la verdad.

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