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Los Aztecas, exposición en Viena

by Jose Juan Reyes
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El Museo Etnográfoco, de Viena, Austria, presenta la exposición Los Aztecas, cuya museografía es un relato sobre la vida e historia de los mexicas antes de la llegada de los conquistadores.
 
Es una forma de abordar el quinto centenario de la caída de Tenochtitlán, al tiempo de retomar la controversia en torno a la Conquista, sus consecuencias para la historia de México, y sobre la vida de sus pobladores indígenas.
 
Los aztecas son los habitantes de Aztlán, un mítico lugar imposible de ubicar geográficamente. Fueron uno de los grupos de habla náhuatl que migraron al altiplano central donde fundaron Tenochtitlán.
 
Pero no fueron los únicos en establecerse en el valle, pues junto a ellos llegaron chalcas, colhuas, tepanecas, tlahuicas, tlaxcaltecas, xochimilcas, que fundaron sus altépetl, o ciudades, en las inmediaciones del lago de Texcoco.
 
Tenochtitlán reunió así a diversos grupos étnicos gobernados por los mexicas. De acuerdo con el historiador Federico Navarrete, es más correcto hablar del imperio mexica que del imperio aztecas.
 
A la llegada de los ibéricos, que tampoco eran españoles, pues no existía esa denominación cultural, se produjo el conflicto conocido como la Conquista.
 
Que en realidad fue una guerra entre indígenas de diferentes bandos, confrontación que Hernán Cortés aprovechó para dominar los territorios en pugna, pues él mismo carecía de la autorización del rey para lanzarse a la Conquista.
 
Desde el primer momento, la resistencia indígena fue constante e imparable. Sin embargo, aún persisten lenguas, tradiciones y formas de organización social indígena muy similares a las de hace cinco siglos.
 
El segundo núcleo muestra parte de la cultura. Comienza con la alimentación a base del maíz, productos de la milpa y especies animales lacustres.
 
Los mexicas fueron un pueblo imperialista de guerreros. Tenochtitlán fue el lugar donde se cruzaban las coordenadas cosmogónicas y militares del imperio, el Templo Mayor marcaba el centro.
 
La movilidad social existía a través de la guerra: los soldados podrían ascender en la escala al capturar a sus enemigos para someterlos al sacrificio ritual.
 
Varias piezas del Museo del Templo Mayor, como el Mictlantecuhtli, Dios de la Muerte, atestiguan la capacidad estética de los artistas para dar forma a los símbolos.
Elaboradas cajas de piedra labrada muestran los artículos de lujo que atesoraban: espejos de obsidiana pulida, plumas exóticas, cuentas de jade, pulseras y pendientes de oro.
 
En estos artefactos está presente una mezcla zoomórfica y antropomórfica de elementos como corazones, garras, colmillos, ojos, plumas; su función era crear una interpretación de las propiedades y cualidades apreciadas por la religión.
 
Se presentan en la colección dos piezas talladas en madera y recubiertas con mosaicos de jade y piedras de color, en las que se aprecia la efigie de un ave con pico largo y un felino con un tocado finamente elaborado.
 
Ambas fueron prestadas para la ocasión por el museo de antropología de Copenhague, que con cinco recintos más, se logró reunir el total de piezas para la exhibición en Vienna. 
 
El final está dedicado al papel de la cosmogonía en la construcción del futuro de los mexicas. 
 
Un facsímil tridimensional de la Piedra de Sol funde de manera dinámica, hacía una pantalla de video, los dos calendarios: el religioso, de 260 días, y el civil, de 365; ambos coinciden cada 52 años.
 
Esa fecha era considerada de importancia para la reanudación de un nuevo Sol o ciclo temporal.
 
El mundo estaba dividido en cuatro esquinas que giran en torno al árbol central o eje. La función del ser humano era expresar su gratitud a los dioses para continuar la vida en los tres niveles de existencia: el cielo, la tierra y el inframundo. 
 
En una sala se presenta el penacho de Moctezuma II, rodeado por obras simbólicas, la pieza representa nuevamente el axis mundi de los símbolos de la cultura mexica.
 
La cual es heredada por los mexicanos:  la artesanía, con representaciones de la muerte en las calaveras; los textiles, aludiendo con sus formas geométricas el universo.
 
La Virgen de Guadalupe, el principio femenino de la existencia, y las pinturas de castas, que hablan del sistema de razas, de exclusión e inclusión, de lo distinto en la sociedad del México actual.

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