• El Gobierno federal saldrá a los mercados para endeudarse y cubrir los pasivos de corto plazo de Pemex, una petrolera que acumula pérdidas, deudas con proveedores y calificaciones bajo presión.
Ernesto Madrid
El Gobierno federal ha decidido poner el pecho por Petróleos Mexicanos (Pemex) y lanzarse a los mercados internacionales con una emisión de deuda por hasta 10 mil millones de dólares, con vencimiento en 2030, para intentar aliviar la asfixia financiera de la paraestatal.
La Secretaría de Hacienda confirmó que emitirá notas precapitalizadas amortizables (P-Caps) —un instrumento respaldado por activos— con el objetivo de mejorar la liquidez de Pemex, optimizar el perfil de vencimientos y reducir el costo financiero, sin que estos pasivos se consoliden como deuda directa de la empresa.
Sin embargo, expertos y calificadoras coinciden en que la operación apenas contiene el incendio. De acuerdo con Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, Pemex enfrenta obligaciones por más de 44 mil millones de dólares en los próximos tres años, mientras que el monto anunciado no cubre ni siquiera los 21 mil millones que vencen en 2025 ni la deuda de 20 mil millones con proveedores.
A pesar de los recortes internos —como la eliminación de 4 mil plazas de confianza y la reducción de direcciones—, la petrolera más endeudada del mundo cerró 2024 con pérdidas superiores a los 620 mil millones de pesos, sin señales de recuperación operativa ni financiera.

Hacienda rescata a Pemex con deuda: 10 mil mdd más para una empresa que no levanta
El respaldo gubernamental llega en medio de una creciente presión por parte de los mercados internacionales, luego de que el fondo ético de pensiones de Noruega retirara sus inversiones en Pemex por problemas de corrupción, impacto ambiental y opacidad.
Aunque Hacienda no precisó el monto final ni los términos de la colocación, fuentes de Bloomberg adelantaron que la operación oscilará entre 7 mil y 10 mil millones de dólares y estaría respaldada por la expectativa de captar recursos en un entorno donde diversos fondos rechazan activos en dólares por las altas tasas en E.U.
Para S&P Global Ratings, la transacción evidencia la dependencia estructural de Pemex al apoyo soberano: la calificadora reiteró que la petrolera seguirá enfrentando déficits de liquidez y apalancamiento extremo, con una razón deuda/EBITDA por encima de 5 veces.
En otras palabras, el Gobierno vuelve a tirar dinero bueno al malo. Y lo hace apostando al mismo modelo que ha llevado a Pemex al borde del colapso: refinerías que no refinan, pasivos que no bajan y una narrativa de autosuficiencia que no se sostiene.
Una vez más, el barril sin fondo sigue succionando recursos públicos sin rendir cuentas y la medida se advierte por parte de especialistas solo en el corto plazo.
@JErnestoMadrid
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