- Corcholata entra y sale por la puerta trasera de Palacio Nacional, como las cha…
Miguel A. Rocha Valencia
Nuevamente el ganso dio muestras de que él es quien manda y gobernará otros seis años si su corcholata gana la elección presidencial. Ya que luego de tres horas de reunión en la cual obviamente dio instrucciones precisas a su favorita respecto al discurso que debe enarbolar en los próximos días.
La otra es que la hayan llamado para regañarla y corregir errores, con lo cual se demuestra que quien está campaña es el mismo ganso uy que es a él a quien se enfrenta Xóchilt Gálvez Ruiz, la aspirante del frente opositor con todo lo que ello implica, incluyendo el uso de todos los recursos del gobierno federal y los estatales, así como los congresos afines a Morena y aliados, así como las mañaneras.
En ese trato de chacha que le da el tlatoani a su elegida, se nota no sólo quien manda, sino el hecho de que la haga llegar por la puerta de atrás de Palacio Nacional, por la calle de Correo Mayor, se mostró el trato de subordinada a los deseos de su jefe quien a final de cuentas es quien coordina su campaña y es él el rival a vencer no la corcholata.
No importa que la trate como chacha, que le ordene entrar por la puerta de servicio pues no es ella la que compite sino el mismo profeta de la 4T, quien por eso presume una popularidad del 58 por ciento, olvidando que, a estas alturas, Felipe Calderón contaba con el 64 por ciento de aprobación y aun así, su candidato panista perdió la elección.
El tema de por dónde entro y salió la candidata del oscurantismo, tiene relevancia pues muestra a las claras al frente opositor a quien se enfrentan y que, de perder, tendremos a una incondicional al frente de la Presidencia de la República y que quien realmente gobernará será el macuspano con lo cual, se vaticinan visitas frecuentes de la candidata morena a La Chingada para que le digan qué hacer o corregirla cuando se desvíe.
Triste papel el de la “científica” que se muestra como muñeca en manos del ventrílocuo y se muestra cada vez más como una simple marioneta cuyos hilos serán manejados desde la finca presidencial. Triste sin lugar a dudas, aunque para algunos eso colme aspiraciones personales y políticas.
Porque, además, en Palacio le hacen una campaña a nivel nacional pero plagada de mentiras como eso de la súper farmacia donde habrá medicamentos de todo el mundo, sí, pero no estarán donde se necesitan especialmente los oncológicos simplemente porque los fármacos no se elaboran de un día para otro y deben solicitarse con meses de anticipación.
Igual con la recurrente promesa de un sistema de salud como el de Dinamarca que estará en pleno ejercicio a partir de marzo del año próximo. Una más de las 110 mil mentiras del ganso pues la realidad nos muestra que en muchos lugares del país no hay médicos, enfermeras o al menos un chamán.
Otra campaña del caudillo a su estilo, a base de mentiras como aquella de que asumiendo el poder se acabaría la corrupción, la violencia que hoy cobra más de 173 mil asesinatos, alcanzaría para todo sin necesidad de endeudarnos y que desparecería el crimen organizado mediante la “estrategia de abrazos y no balazos”. Hoy hay que pedir permiso a delincuentes para buscar a desaparecidos o realizar alguna festividad.
Pero hay más indicios ya que al mismo tiempo se tuvo la visita de otra pelele a Palacio Nacional, la gobernadora del Estado de México, quien fue a rendir cuentas o a que la regañaran y dieran línea, porque a lo largo de los días y antes de su actual gestión, mostró siempre su incapacidad personal para el desempeño de cargos o la toma de decisiones.
Es decir, todo se maneja desde Palacio Nacional, donde si no hacen un departamento para que el caudillo habite y diga lo que debe hacerse, las dos mujeres tendrán que acudir a verlo a su rancho para que les dicte instrucciones y cuidado se equivoquen porque la chachalaca es capaz de llamarlas traidoras y echarle encima a la jauría.
Mientras tanto el sujeto que dice gobernar al país, se distancia cada vez más del “pueblo sabio y bueno”, se atrinchera en su palacete o en los cuarteles militares, se aísla de los “mugrosos” desamparados, víctimas de criminales y demás para resguardar la investidura, en actos que más parecen la estrategia del avestruz para ignorar una realidad que sin duda, le va a cobrar la factura sin necesidad de la anquilosada, vendida y desastrosa “oposición”.