*A pesar de la crisis y el anuncio de menores ingresos, gobierno subejerce presupuesto
Miguel A. Rocha Valencia
En comentarios anteriores calificamos de perversa y criminal a la 4T y a su profeta por favorecer las crisis económica, sanitaria, inseguridad y política, ya que el caos es lo que le viene “anillo al dedo” a quien gobierna este país, quien no hace sino agudizar los problemas, destruir, sin resultados positivos, divide, empobrece y deja morir a cada vez, más mexicanos.
Le dijimos perverso pues a pesar de las dificultades, no intenta superarlas, incluyendo el clima de confrontación social y hace del conflicto permanente, su forma de gobierno, sin respeto a la norma o ajustando la ley a sus caprichos con la complicidad de un Congreso federal lidereado por sus lacayos y una Suprema Corte de Justicia sumisa.
No hay otra forma de explicar que todas las mañanas el tlatoani de Palacio Nacional se ría de la realidad que daña y mata, a miles de mexicanos diariamente.
Mejor sus subalternos, aquéllos que aún se atreven a opinar, aceptan la gravedad de las crisis de un país con uno de los más altos índices de asesinatos en tiempos de paz y de muertos por enfermedad, donde sólo por Covid-19, pronto alcanzaremos los 100 mil.
Y aunque algunos pensaran que la pesadilla termina, ésta parece profundizarse en lo económico, donde el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio advierte que el cierre del 2020, tendrá menos ingresos tributarios y petroleros, manteniéndose un criminal subejercicio presupuestal que afecta la obra, servicios y empleos públicos.
Para el funcionario de Hacienda, hay que actuar con cautela pues una mayor incidencia de contagios por SARS-CoV-2, disminuirá la actividad económica con nuevos confinamientos provocando caída mayor en los ingresos y profundizando la contracción que se estima para el año, en menos ocho por ciento, lo cual representaría que el país dejó de producir el equivalente a dos billones y medio de pesos.
Para colmo y a pesar de que se inhibió el consumo por la falta de dinero, derivada por la caída del empleo, se prevé que luego de varios meses, se empiece a generar un mayor consumo de bienes lo cual junto con la depreciación de la moneda, propiciará encarecimiento de la canasta básica, es decir, inflación, de acuerdo con David Esaú Pérez Montiel, subdirector de Integración y Análisis del Inegi, quien revela que, de marzo a septiembre, los básicos aumentaron 21 por ciento.
Empero, al caudillo de Macuspana parece no importarle eso ni que la deuda de Pemex continúa creciendo hasta llegar a casi dos billones y medio de pesos, de los cuales, 480 mil corresponden a este año, a pesar de la transferencia gubernamental por 105 mil millones, la baja en los impuestos que aporta al erario.
Cabe mencionar que, en el tercer trimestre del año, la deuda de Pemex con sus proveedores creció 35 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado para ubicarse en 168 mil 407 millones de pesos. En septiembre del 2019, el saldo era de 124 mil 734 millones de pesos.
Pero lejos de apostarle a inversión, meterá más del presupuesto a obras como la refinería de Dos Bocas, su trenecito yucateco y su aeropuertito de Santa Lucía, sin olvidar los 84 mil millones más intereses que se pagarán a 19 años por la deuda del NAIM que es dinero tirado a la basura, como lo fueron los mil 800 millones de dólares que ya se dieron adelantados, más intereses y que se amortizarán todos con el TUA de la actual terminal internacional cuyo mantenimiento se posterga. Al menos aquí ayuda la caída en las operaciones, aunque también afecta los ingresos.
En cuanto a lo político, López sigue en lo mismo, ahora necesitará mayor estridencia en los escándalos mediáticos, meterá más cizaña y como siempre culpará a los que se fueron, los corruptos, tecnócratas, neoliberales y conservadores de sus incapacidades o, si pensamos mal, de todas las crisis del país pues en ese caldo de cultivo mantiene vivo su discurso de odio, revancha y destrucción.