Ernesto Madrid
Después de crecer de forma sostenida durante seis años, entre 2021 y 2022 las energías limpias en México dieron un paso hacia atrás: la electricidad generada a partir del viento y el sol cayó (-)3.6% y (-)4.6% respectivamente revela un informe realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En total, aquella energía proveniente de fuentes con bajas emisiones representó sólo 26% de la total generada en México en 2022, 9 puntos porcentuales por debajo de la meta de 35% que debería estar persiguiendo el país hacia 2024.
Destacó que esto tiene implicaciones negativas para la transición energética del país, así como la provisión de energía confiable y a precios competitivos que detone el crecimiento y la inversión.
De acuerdo con datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), en los últimos seis años la generación de energía eléctrica en México creció 10.3%, al pasar de 302.8 terawatts-hora (TWh) en 2017 a 333.8 TWh en 2022.
Este crecimiento se atribuye casi en su totalidad al incremento en la generación de electricidad mediante tecnologías limpias. Entre 2017 y 2022, la energía limpia se incrementó 48.4% al pasar de 58.7 a 87.2 TWh, en tanto que la energía generada a partir de combustibles fósiles creció 1.1% (pasó de 244.0 a 246.6 TWh).
No obstante, entre 2021 y 2022 la generación de energía limpia en el país se redujo (-)1.8% al pasar de 88.8 a 87.2 TWh, lo cual se atribuye –parcialmente– a la caída de la generación de energía eólica y solar fotovoltaica. Estas tuvieron disminuciones de (-)3.6% y (-)4.6%, respectivamente.
Lo anterior implica destaca IMCO una reducción en la participación de esta clase de energía en la matriz de generación de México. En 2022, la electricidad generada con baja huella de carbono representó 26.1% del total, 1.4 puntos porcentuales menor a la proporción observada en 2021 (27.5%). Además, la cifra está prácticamente nueve puntos porcentuales por debajo de la meta establecida en la legislación nacional y en el Acuerdo de París, que estipula un 35% de generación eléctrica mediante tecnologías limpias para 2024.
Por lo anterior advierte que el crecimiento de la generación a partir de hidroeléctricas no es una buena noticia en términos de la transición energética ya que, si bien contribuyen al cumplimiento de las metas de generación de energía limpia, las hidroeléctricas tienen un impacto negativo en términos de la disponibilidad de agua en el país por lo que es necesario que la energía generada debería utilizarse como reserva y despacharse en momentos de alta demanda.