Ernesto Madrid
Este lunes finalmente el gobierno de Estados Unidos solicitó de manera formal al gobierno de México la extradición de Ovidio Guzmán, hijo del Joaquín “El Chapo” Guzmán, por los probables delitos de asociación delictuosa para distribuir cocaína, metanfetamina y mariguana, señalaron fuentes federales.
A través de una carta el gobierno americano hizo su petición para que el conocido también como “El Ratón”, preso en el penal de máxima seguridad en Almoloya de Juárez sea llevado a la nación vecina, donde sería juzgado.
Estados Unidos tenía como plazo para realizar la solicitud hasta el 5 de marzo derivado de la detención provisional con fines de extradición, luego de que elementos del Ejército lo detuvieron el pasado 5 enero en la sindicatura de Jesús María, en Culiacán.
Cabe destacar que Estados Unidos pidió a México aumentar el número de extradiciones cada año como parte de los acuerdos bilaterales de Seguridad, hasta alcanzar una cifra de 60 acusados cada año, de acuerdo con una masiva filtración de documentos confidenciales del Ejército mexicano a el diario El País.
“El Ratón” se suma a una lista de deseos de las autoridades estadounidenses para juzgar a narcotraficantes de alto perfil como Rafael Caro Quintero, detenido en julio del año pasado en la sierra de Sinaloa. Caro Quintero, por ejemplo, aún no ha sido trasladado gracias a que sus abogados han logrado retrasar el proceso.
No obstante, el canciller Marcel Ebrard estimó que el proceso de extradición contra Ovidio Guzmán puede demorarse, al menos, entre cuatro y seis semanas, aunque es probable que tome meses. Un juez concedió una suspensión que pone en pausa el procedimiento, una táctica legal recurrente en este tipo de casos.
En el contexto, la orden de detención de Estados Unidos hacía Ovidio, es un documento de apenas cuatro páginas y está acompañada de una solicitud de confiscación de todos los bienes de Guzmán en Estados Unidos, financiados supuestamente por sus actividades criminales.
Incluye la agravante de “incitación al crimen”, una figura legal en ese país que castiga cuando una persona convence a otras de que cometan un delito. El Departamento de Estado ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por información que facilitara la captura de El Ratón.
Ovidio y su hermano Joaquín Guzmán López son señalados como los herederos de El Chapo y de su hermano Édgar Guzmán López, asesinado en mayo de 2008 en medio de una refriega de más de 500 disparos en un centro comercial de Culiacán.
“Tras la muerte de Édgar, Ovidio y Joaquín heredaron buena parte de las ganancias del narcotráfico y comenzaron a invertir grandes cantidades de efectivo para comprar marihuana en México y cocaína en Colombia”, se lee en un perfil del Gobierno estadounidense.
“También empezaron a comprar grandes cantidades de efedrina desde Argentina, gestionaron el contrabando del producto a México para incursionar en la producción de metanfetaminas”, dice el informe publicado por El País. En la capital estadounidense se le acusa de importar al menos 500 gramos de metanfetaminas. En cambio, el Departamento de Estado asegura que los hermanos Guzmán supervisaban 11 laboratorios clandestinos en Sinaloa, con una capacidad de producción de hasta casi 2.500 kilos al mes. “La metanfetamina es vendida al mayoreo a otros miembros del cartel y a distribuidores en Estados Unidos y Canadá”, asegura la Casa Blanca.