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Por Erika Solorio
En todos los estratos sociales en México y en el planeta las personas son vulnerables al consumo de las drogas existentes. Volvemos a lo mismo, la prevención siempre será el parteaguas para avanzar en el bien común y en el respeto a los derechos humanos de todas y todos.
Mientras nuestras “autoridades” rebasadas por los delitos no asuman esa responsabilidad que les demandamos desde nuestras trincheras, las problemáticas dolorosas en los hogares continuarán lastimando gravemente.
Los gobiernos en México solo son por tres o seis años, lapso en el que las y los administradores públicos tienen una gran responsabilidad marcada en nuestra Carta Magna, así como en los tratados internacionales.
La responsabilidad de las y los servidores públicos para prevenir el acceso a las drogas por parte de niñas, niños, adolescentes y jóvenes es una demanda irrefutable que hacemos como sociedad, porque son ellos, los expertos que se encuentran en el “poder” los encargados de prevenir. Ya no busquen pretextos para no hacer un buen gobierno, para eso hemos sido contratados.

Políticas públicas inservibles – Por el Bien Común – Opinión
“CONASAMA reafirmó que la prevención salva vidas, destacando un enfoque integral en salud mental y adicciones, centrado en derechos humanos, autocuidado y estrategias comunitarias. •
Autoridades nacionales e internacionales coincidieron en la necesidad de invertir en prevención y cooperación interinstitucional, impulsando entornos seguros, datos basados en evidencia y alternativas reales para las juventudes”, (CONASAMA, 2025).
Las políticas públicas para la prevención de las adicciones transversales en donde participen: académicos, especialistas en salud psicólogos y psiquiatras, administradores públicos, legisladores, entre otros, es de suma relevancia porque necesitamos programas basados en el conocimiento de los expertos. No requerimos improvisaciones.
El terrible problema es que en las administraciones públicas municipales, estatales y federales existen funcionarios y funcionarias muy fáciles de corromper, porque no han entendido su deber ser.
Las autoridades dejaron crecer la venta de drogas para nuestras niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Actualmente, los hombres y mujeres en el poder están rebasados por la pandemia de la delincuencia.
Los delincuentes en las calles y los delincuentes de cuello blanco están coludidos, la corrupción está enquistada entre las “autoridades”, es muy fácil que cualquier persona pueda corromperse cuando no tiene claro el deber como servidor o servidora pública.
Fuente: Contraréplica