Ciudad de México.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lanzó una advertencia que sacude los cimientos del discurso oficial: México se perfila como el único país miembro con cifras negativas en 2025 y 2026. El organismo internacional estima que la economía mexicana sufrirá una contracción del 1.3% en 2025 y del 0.6% en 2026, un escenario que coloca al país en el epicentro de la vulnerabilidad económica global.
¿En qué se basa esta proyección demoledora? La OCDE fundamenta su análisis en un conjunto de factores que, lejos de ser coyunturales, revelan una tormenta perfecta:
- Aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a la mayoría de los productos mexicanos a partir de abril de 2025, lo que golpeará directamente las exportaciones y desatará incertidumbre en las inversiones.
- Dependencia extrema del mercado estadounidense, que absorbe más del 80% de las exportaciones nacionales. La desaceleración prevista en la economía de EE.UU. y las condiciones financieras más restrictivas amplifican el riesgo para México.

OCDE proyecta un desplome histórico del PIB
- Debilidad interna persistente, marcada por una inversión privada anémica, consumo moderado y culminación de proyectos de infraestructura que frenan el gasto público. A esto se suma la incertidumbre política y económica que inhibe decisiones empresariales de largo plazo.
- Presiones inflacionarias que, aunque moderadas, se mantendrán por encima del objetivo del Banco de México, con una tasa proyectada de 4.4% en 2025, lo que limita el margen para políticas expansivas.
El informe advierte que, bajo este escenario, México no solo quedará rezagado frente a sus pares latinoamericanos —que crecerán en promedio 2%—, sino que se convertirá en el símbolo de cómo la falta de diversificación comercial y la fragilidad estructural pueden hundir a una economía en medio de la volatilidad global.