Por Erika Solorio
“No basta con hablar de paz; hay que creer en ella. Y no basta con creer; hay que trabajar para conseguirla”, las palabras de Anna Eleanor Roosevelt, quien encabezó la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, siguen escuchándose a nivel mundial.
La no violación a los derechos humanos de todas y todos es una tarea diaria que nos compete a todas las personas, trabajar desde la congruencia en la prevención nos ayudará a avanzar en el bien común.
Muchas veces, los grupos vulnerables siguen siendo los rechazados, por su contexto, por su forma de vida, por su clase social, por la falta de oportunidades, enfrentan una mayor probabilidad de sufrir discriminación, exclusión o violaciones de sus derechos humanos debido a factores como su género, edad, etnia, discapacidad, orientación sexual, identidad de género, entre otros.
Es primordial proteger y promover los derechos humanos de estos grupos vulnerables para garantizar una sociedad justa e inclusiva para todos y todas.
La igualdad y la no discriminación son principios esenciales de los derechos humanos. Todos los individuos, sin importar su condición o pertenencia a un grupo vulnerable, deben ser tratados con dignidad y respeto, y tener acceso a sus derechos en igualdad de condiciones.
La cooperación internacional es fundamental para proteger los derechos humanos en todo el mundo. Es necesaria la relación entre naciones para establecer normas y estándares que todos los involucrados deben respetar y cumplir.
La Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena de 1993. Reunió a representantes de 171 países, ONGs y otros actores de la sociedad civil para discutir y promover los derechos humanos a nivel mundial.
En esta conferencia se discutieron temas relevantes como la protección y promoción de los derechos humanos en todo el planeta y la valiosa participación de la sociedad civil en la promoción.
“El informe de la OCDE, Changing the Odds for Vulnerable Children: Building Opportunities and Resilience, hace una aportación importante al primer pilar del Marco de la OCDE para la Acción Política sobre Crecimiento Incluyente: invertir en personas y sitios que hayan sido dejados atrás. Al hacerlo, destaca el hecho de que los niños son vulnerables por diferentes razones y describe los factores individuales y ambientales en juego. Insta a los países a desarrollar estrategias de bienestar infantil que prioricen las necesidades de los niños vulnerables”.
Y con lo anterior se constata, una vez más, que desde la prevención es fundamental trabajar en los derechos humanos de todas y todos. Desde la niñez siempre será imprescindible.
¡No basta con hablar de derechos humanos!