Ernesto Madrid
Mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró sus expectativas para la economía de México en 2023 al elevar su pronóstico a 2.6% desde 1.8%, la realidad es que la economía en mayo no presento ningún avance de acuerdo con el IGAE.
Es decir, ni incremento ni retroceso, a tasa mensual permaneció constante, ya que las actividades primarias se mantuvieron en 0.3%, en las secundarias con un ligero repunte de 1.0% y en las terciarias un retroceso de -0.4%.
Lo cierto es que el FMI pronóstico un crecimiento global en su última actualización de Perspectivas de la economía mundial al ajustarlo para 2023 en 0.2 puntos porcentuales hasta el 3%, frente al 2.8 % de su evaluación de abril mientras que para 2024 lo mantuvo sin cambios en 3%.
Destacó las preocupaciones con las condiciones crediticias más estrictas, el agotamiento de los ahorros de los hogares en los EE. UU. y una recuperación económica más superficial de lo esperado en China debido a los estrictos bloqueos de Covid-19.
En términos de inflación, el Fondo también espera una mejora con respecto al año pasado y proyecta que la inflación general alcance el 6.8% este año, cayendo desde el 8.7% en 2022, no obstante, prevé que la inflación subyacente, que excluye los elementos volátiles, disminuya más lentamente al 6% este año, desde el 6.5% del año pasado.
Lo anterior sin duda también tiene que ver con los resultados que arroje la reunión política clave que quizás arrojara promesas de apoyo para la economía de China y que la Reserva Federal inicio su reunión de política monetaria, en la que se espera que el banco central vuelva a subir su tasa de interés de referencia después de hacer una pausa en junio.
Al otro extremo del mundo, los principales líderes de China se comprometieron el lunes a intensificar la ayuda a la economía en medio de una difícil recuperación posterior a COVID y señalaron que habrá más por venir para la industria inmobiliaria.
El Politburó, principal organismo de toma de decisiones de Beijing, también se comprometió a “elevar el empleo estable a un objetivo estratégico”, junto con otras promesas para impulsar el consumo y abordar los riesgos de la deuda. Lo anterior se produce después de que los datos económicos decepcionantes de la semana pasada provocaran nuevos pedidos de apoyo político para impulsar el crecimiento.