Ernesto Madrid
“Si no pueden renuncien”, con esas palabras el empresario Alejandro Martí encaró al gabinete de seguridad del expresidente Felipe Calderón Hinojosa al exigir justicia tras el secuestro y muerte de su hijo Fernando, precisamente en la época en que se enfrentó a los cáteles de la droga.
Se fue y nadie ha renunciado, aunque nadie ha podido con el crimen en el país, que en esta administración ha sido consecuentado desde el poder con la política de ‘abrazos no balazos’ que ya suman 160 mil homicidios.
Su familia fundó Deportes Martí, una tienda dedicada a vender ropa y artículos deportivos, que abrió sus puertas en 1950, en 1969 cambió de nombre a “Martí, la emoción Deportiva”, la cual tuvo diversas tiendas en el país,
Alejandro, el empresario falleció a los 73 años de edad, y fue, filántropo y activista social dentro de la fundación México SOS la cuál creo, luego de la muerte de su hijo.
En 1991, Martí García creó el concepto de fitness center, centros para realizar deportes, para luego inaugurar en 1995 el primer club deportivo denominado Sport Cuty pero, en 2008, el empresario decidió vender Grupo Martí a Alfredo Harp Helú por un monto de 3 mil 300 millones de pesos, precisamente el año en que su hijo de 14 años, murió pese a que pago el monto de su secuestro.
Un grupo de delincuentes lo mantuvo secuestrado por 53 días y, esa situación fue el hecho que lo impulsó a crear la organización no gubernamental México SOS o Sistema de Observación para la Seguridad Ciudadana.
A Alejandro Martí se le consideró “un hombre valiente y comprometido” que “convirtió su dolor en causa y exigencia para un mejor país” y que exigió a las autoridades que disminuyeran la inseguridad lo cual resumió en una frase, “si no pueden renuncie”.
Se fue y la inseguridad sigue en aumento, sobre todo en está administración y lo más lamentable, nadie ha podido, pero nadie ha renunciado.