Ernesto Madrid
Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador se fue, de nueva cuenta, en contra del ministro Javier Laynez Potisek quien canceló el Plan B del mandatario y de paso sobre todos los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al señalar que “quieren que prevalezca, que impere en México una especie de ‘Supremo Poder Conservador’ con su ‘Alteza Serenísima’, el secretario ejecutivo del INE Edmundo Jacobo Molina anunció que se va.
Entre los dichos y las controversias que hay en torno a la Reforma Electoral presidencial, conocida como el Plan B que se quiere resucitar desde Morena y el Plan C desde la quinteta dorada de quiénes encabezarán el INE, el secretario ejecutivo prefirió hacerse a un lado tras argumentar que le anima “el preservarme en una posición laboral, sino la defensa de la Ley y las instituciones”, que quedará a expensas del partido en el poder.
En el contexto, López Obrador destacó que su Plan B, fue cancelado por un ministro, “es interesante porque lo aprobaron senadores y diputados que el poder más cercano a la soberanía popular y, de repente, un ministro que no es electo por el pueblo, ni siquiera la Suprema Corte, sino un ministro la cancela”.
En el fondo de las controversias, todo apunta a que no sólo el Plan C le funcionó para las ambiciones del presidente Obrador que le garantizan quedarse con la presidencia del INE y más allá, sino que ahora, intentarán resucitar el Plan B, como lo advierten sus propias declaraciones.
De la “alteza serenísima” a la renuncia de Edmundo Jacobo al INE
La ecuación resulta casi lógica, tienen a un secretario de Gobernación Adán Augusto y dos ministras en la SCJN, la controvertida experta en copiar Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz que sin duda, presionan y conseguir que “la primera parte de la reforma electoral suceda en la primera quincena de abril”, de acuerdo a fuentes del columnista Carlos Loret.
“Así, si pierden esa votación (como es previsible), tengan tiempo de volverla a presentar y volverla a votar en el Congreso pues el periodo ordinario de sesiones termina el último día de abril. Y esta vez hacer el trámite en el Legislativo sin violar el proceso, que fue lo que abrió la puerta a las impugnaciones”, lo cual queda claro, cuando López Obrador dice que es inconcebible que un ministro, que no fue electo por el pueblo, lo haya echado para atrás cuando fue aprobado por el poder legislativo.
Lo anterior incluso, está en las palabras del que será, hasta el 3 de abril, el secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo que señaló, en su renuncia irrevocable, que ‘el diseño institucional que el INE procuró fue roto por actores políticos con la llegada de la reforma electoral. Hicieron de la operación técnica, necesariamente imparcial parte del debate público” y siempre estuvo en su posición, explicar las virtudes del instituto y los riesgos del Plan B.
Pero el presidente López Obrador no pierde las esperanzas de conseguir su Plan B y por lo pronto con su Plan C ya logró el control que quiere para las próximas elecciones al señalar que “nosotros vamos a seguir adelante si cancelan en definitiva el Plan B vamos con el plan C que es convocar al pueblo a continuar con la transformación”, recalcó.
