Ernesto Madrid
Montado en su posición de ‘macho mañanero’ el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene claro que su enemiga es Xóchitl Gálvez y este viernes no fue la excepción para lanzarse en su contra al señalar que la disfrazaron de líder popular.
La realidad es que ha sido contrario y retóricamente violento contra ella y los que dice son sus asesores políticos e ideológicos ya que insistió en que en realidad ella trabaja con Fox y es la representante de Carlos Salinas, Diego Fernández de Cevallos y ahora con Claudio X. González.
En el fondo, López Obrador había logrado quedarse con la posición de ser un líder popular y el representante del pueblo, luego de que se arrebato la postura de que “era un peligro para México” con el inconveniente de que, a base de mentiras, está destruyendo esta narrativa de trabajar a favor de las y los mexicanos.

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La diferencia clara entre Xóchitl y su candidata mujer, es que la primera sí nación en cuna humilde y tuvo que trabajar desde niña para poder comer, sin que nadie ayudara a su familia y la segunda, proviene de una familia de científicos que tuvo todo el apoyo para lograr su carrera profesional y encobrarse, ahora en la política.
Otro detalle que la diferencia es que Xóchitl no tiene un padrino político como Sheinbaum que va de la mano del presidente López Obrador y su narrativa, fenómeno similar al que logro Fox en su momento. Con la diferencia de que a Gálvez la metió en la política un head-hunter que la llevó al expresidente panista, que la convenció para llegar a su gabinete.
Por eso, de alguna manera Obrador dice que “Está en su derecho, nosotros no vamos a ponerle ningún obstáculo de nada. Pero tengo que informar porque nos ha costado mucho el transformar al país. Cómo me voy a quedar callado”, justificó.
Y más adelante se ‘burlo’ de ella porque Xóchitl Gálvez se transporte en bicicleta y que diga groserías. Aseguró que desde que está en el senado se ha expresado en su contra, “¿Qué no le puedo contestar nada?” pero si le cerro las puertas de Palacio Nacional a pesar de que tenía un amparo judicial para exigir el derecho de réplica, como lo había solicitado el propio presidente.
Quizás al mandatario de le olvide lo que el periodista Raymundo Riva Palacios mencionó en su columna del pasado jueves, que López Obrador si tuvo padrinos y no viene del pueblo ya que “el empresario Diego Rosique y el gobernador de Tabasco Manuel Mora, con su madre Manuelita y los niños López Obrador” siempre estuvieron detrás de él.
“Gálvez no tuvo padrino, mientras López Obrador sí, Payambé López Falconi, padre de Adán Augusto López, quien lo introdujo en la política. A López Obrador lo arroparon políticos del PRI para crecer (…) -y- frente al Tsuru que usó López Obrador, Gálvez se va a sus citas –donde la espera la prensa– en bicicleta.
Es lo paradójico del caso y habrá que observar si crece o no en el colectivo popular y si las corcholatas siguen siendo escépticas.