Por Erika Solorio
¡Quiero regresar a casa!
La exigencia y la lucha por el respeto a los derechos humanos jamás terminará si continúan los delitos en México y en el mundo, entre ellos: las desapariciones forzadas.
Los familiares de las y los desaparecidos demandan a los gobiernos y a la sociedad en general el respeto a los derechos humanos durante la tortuosa búsqueda, y que quede claro, la búsqueda es totalmente responsabilidad de las autoridades.
Nadie está exento de no regresar a casa, por eso seguimos levantando la voz para que los derechos de todas las personas sean respetados. El hartazgo está presente en millones y millones de hogares.
La desaparición forzada se ha convertido en un problema mundial que no afecta únicamente a una región concreta del mundo. Las desapariciones forzadas, que en su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes. Es motivo de especial preocupación:
El acoso de los defensores de los derechos humanos, los parientes de las víctimas, los testigos y los abogados que se ocupan de los casos de desaparición forzada;

Alto a las desaparciones forzadas – Por el Bien Común – Opinión
El uso por los Estados de la lucha contra el terrorismo como excusa para el incumplimiento de sus obligaciones; y la todavía generalizada impunidad por la práctica de la desaparición forzada”, (ONU DH, 2025).
La Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas (2006) contempla, en su Artículo 34, una facultad especial para el Comité contra las Desapariciones Forzadas (CED, por sus siglas en inglés). En México ya se aplica el artículo 34 por la situación que guarda el territorio mexicano.
La desaparición forzada es la privación de la libertad, detención, arresto, secuestro o cualquier otra forma de aprehensión, en donde el Estado de forma directa o indirecta tiene participación, ya sea por acción, omisión, tolerancia o complicidad.
La Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas (2006) considera este acto como un crimen de lesa humanidad cuando es generalizado o sistemático.
Casos emblemáticos como Ayotzinapa (2014), la “Guerra Sucia” (años 60-80) y las desapariciones vinculadas al crimen organizado, son algunos hechos que jamás deberían repetirse.
Las voces de desesperación de las madres buscadoras pocas veces son escuchadas, ellas solas tienen que continuar luchando para encontrar a sus familiares.
¡Ya no queremos más desaparecidos!
¡Ya no queremos horror en las calles!