Ernesto Madrid
“Hoy no hay mucha información” así abrió su conferencia de este lunes el presidente López Obrador que de entrada dejo la percepción de minimizar la marcha por la democracia un movimiento paralelo al suyo que se mostró ayer, más como amenaza para sus planes de sucesión presidencial que una postura de aceptar que la lucha política que se viene, será interesante.
Aquella propuesta que hizo en el 2020 de que “a la primera manifestación de cien mil, me voy, a Palenque, Chiapas, ahí nos vemos”, la diseminó al argumentar “No, no, no, les falta más (gente), -prosiguió-, para tener una idea, yo calculo que por eso no vinieron al Zócalo, participaron como 60 mil” y no hubiesen llenado ni la mitad de la plancha de la Plaza de la Constitución por lo que la calificó como un “striptease” político del conservadurismo, “que llenen el Zócalo” reto.
Luego siguió el rosario de insultos que pregonó la semana anterior “lo hicieron en contra de la transformación que se está llevando en el país, lo hicieron en favor de los privilegios que ello tenía del gobierno que representó, lo hicieron en favor de la corrupción, el racismo, clasismo y discriminación, eso es el fondo”, considero.

Ahora llenen el zócalo porque esto fue un “streptease” político del conservadurismo
Argumentó que la supuesta agresión al INE no tiene fundamento, porque su iniciativa busca lo contrario, fortalecer la democracia, protegerla, porque todavía hay riesgos de fraudes electorales.
El mandatario también criticó el apoyo o la participación de personajes como José Woldenberg ex presidente del ahora Instituto Nacional Electora o Vicente Fox porque “ni modo que sean demócratas”, aclaró.
En el contexto, el expresidente, que no acudió y al que más odio muestra Obrador, tuiteó que un calculo del ex director del CISEN “es que fueron al menos 640 mil personas, más de medio millón”, pero Martí Batres los minimizó al señala que si acaso, llegaron a 12 mil y destacó que por eso Acosta Naranjo dice que defendemos al INE, para que ustedes no cuenten los votos, contrario a lo que dijo el presidente “no participó mucha gente”.
Lo cierto es que vio a un Andrés Manuel López Obrador preocupado frente a una sociedad civil organizada, una oposición construida desde la propia sociedad a la que los partidos les queda chico y sus figuras tuvieron que colgarse de la manifestación para no verse rebasados y la esperanza de México volvió a resurgir.