Por Óscar Sánchez Márquez
El combate a la corrupción es la principal línea política que orienta el gobierno del presidente López Obrador, que también en aras de destinar más recursos económicos federales a algunos sectores de sociedad, ha tomado una serie de decisiones en materia de política pública en la que se olvida de su dicho “Primero los pobres.
Sin juzgar por ahora que derivado del impacto de la pandemia de Covid-19 en México se registró un aumento en el índice de pobreza, según reportó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el Coneval, lo cierto es que en el gobierno de la Cuarta Transformación no están primero los pobres.
Lejos de que se recupere el poder adquisitivo de la población por la galopante inflación registrada, apenas la semana pasada la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez anunció la desaparición de las escuelas de tiempo completo que hasta ahora habían sido un apoyo útil a las mujeres que son madres trabajadoras.
Sin ningún miramiento hacia este sector de la población femenina que se ve en la necesidad de llevar a sus hijos a una escuela de tiempo para poder tener un trabajo o auto emplearse, de un plumazo en el escritorio se acabó esta opción para las familias mexicana que día a día luchan por satisfacer las principales necesidades básica en materia de salud, casa y alimentación.
Al margen de este tipo de decisiones que literalmente dejan sin cobijo a mujeres que ante la necesidad de trabajar llevaban a sus hijos a este tipo de escuelas en las que se les proporcionaba un alimento, es claro que el gobierno del presidente López Obrador está dejando en olvidando a los pobres a quienes deja en un estado de indefensión para aspirar a mejorar su precario nivel de vida.
Y es que esta política de desmantelar todo tipo de instituciones, programas y apoyos de tipo social bajo la consigna de que son fuentes de corrupción y que son parte de la política neoliberal del pasado, comenzó desde que el inquilino de Palacio Nacional vio en algunos órganos autónomos un foco de corrupción.
Hasta la fecha en el actual mandato del presidente López Obrador han sido varias las tomas de decisiones que dejan en el desamparo a sectores vulnerables de la población como lo fue primero las medicinas para los niños con cáncer y ahora esto dejar sin escuela de tiempo completo sólo porque también fueron parte de lo que el presente régimen llamó la mal llamada “reforma educativa” del pasado gobierno.
En un signo del poco tacto del gobierno federal por el bienestar de los pobres, al desaparecer por cuestiones políticas las escuelas del tiempo completo, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien es forma parte del partido en el gobierno, ya anunció que se mantendrá este tipo de programa en la capital del país.
Al mismo tiempo, se han sumado los gobiernos de otras entidades del país, incluso del mismo partido de Morena, mientras que en el seno de las cámaras de Diputados y de Senadores ya se han dado muestras de rechazo a esta determinación del gobierno federal a través de la Secretaria de Educación Pública.
Si de por sí en nuestro país aumentó el índice de deserción escolar como impacto de la pandemia de Covid.19, es un hecho que ahora más niñas, niños y adolescentes sin poder estar más tiempo en las aulas queden al cuidado de abuelos, tíos, vecinos y amistades en general, lo que los coloca en una situación de riesgo, sin descontar la posibilidad de que sean presa de organizaciones criminales.
De continuar este tipo de decisiones que no ponen a los pobres en primer lugar como lo presume por cada rincón del país el presidente López Obrador, es indudable e innegable que nuestro país siga en la ruta de una continua polarización social que a nadie conviene y, sobre todo, que se mantengan un bajo nivel de escolaridad en nuestro país.
Por lo pronto, diputados del PRI, PAN y PRD ya anunciaron en la Cámara de Diputados que buscarán reponer este programa de Escuelas de Tiempo Completo, mientras que día a día se suman varias entidades en contra de esta decisión gubernamental.
A la fecha, varias entidades anunciaron que van a financiar con sus propios recursos las escuelas de tiempo completo para no dejar en el desamparo a casi 4 millones de niños que son beneficiarios de este programa del sector educativo nacional.
Además de la Ciudad de México, estados como San Luis Potosí, Puebla, Querétaro, Estado de México, Nuevo León, Guanajuato, Chihuahua, Yucatán, Nuevo León y Colima ya anunciaron que mantendrán el programa a iniciativa propia, además de Baja California y Sinaloa cada una con sus tiempos, modos y formas.
Sin duda alguna, como en otras ocasiones, serán padres y madres de familia, tutores y cuidadores, además de organizaciones civiles y sociales quienes se sumen a la causa de mantener las escuelas de tiempo completo en el país aunque tenga una diferente denominación y sean financiadas con recursos de los gobiernos locales.