- Parece que con dinero y concesiones compró el Ganso “lealtad” de mandos castrenses
Por: Miguel A. Rocha Valencia
*Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de MegaUrbe
La clave de todo es el dinero y las concesiones que se traducen en metálico y dan poder económico y político, no importa que el país se hunda en la peor tragedia de su historia y se implante un régimen de terror con persecuciones, cárcel y armas. Un intento de dictadura tropical llamado al fracaso.
Con el dinero de los mexicanos que trabajan y producen, el machuchón de Palacio Nacional no sólo compra votos y adhesiones interesadas sino también intenta alquilar “lealtades” de las instituciones militares por todos respetadas por su origen popular, pero que hoy ante el poder y concesiones otorgados a sus mandos, parecen rebelarse contra las instituciones y sociedad que deben proteger.
Nacieron las Fuerzas Armadas para defender las libertades del pueblo, a sus instituciones, no para aliarse y servir a caudillos que detentan el poder y que hoy, a ojos de todos, pretende alzarse como un tiranozuelo autoritario que nos confronta y hunde a los mexicanos en una pesadilla impensable hace menos de tres años, aunque algunos intuíamos.
El ataque contra las instituciones autónomas, el federalismo y el Poder Judicial desde el púlpito de Palacio Nacional, arreciaron durante la semana, algo que se esperaba, incluso la “visita” del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Arturo Zaldívar Lelo de Larrea acompañado de otros dos magistrados afines a la Cuarta, no causaron tanta extrañeza y menos aún sorpresa, por no resultar un fenómeno político inédito.
Lo que si despertó la alarma fue que en el discurso destructor de instituciones y de visos de acciones anticonstitucionales, un militar de alto rango, el secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, acusara al poder Judicial de ser el enemigo del quehacer de las instituciones castrenses.
De pasada, al señalar no sólo a jueces sino también a ministerios públicos, le dio un raspón, seguramente por confusión, a la Fiscalía General de la República, ya que en ese rango coló también a los agentes del Ministerio Público, hoy llamados fiscales.
Con la expresión “parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial y tenemos que cerrar bien ese círculo”, Ojeda Durán parecía repetir el discurso destructivo, acusador del Mesías tropical. Es obvio que el almirante puso la boca, la voz, pero no el mensaje.
Obedeció órdenes sin chistar, se sometió a una acusación que el secretario repitió al afirmar que los elementos castrenses “no tienen mucha ayuda de jueces y ministerios públicos”, por lo que seguramente Alejandro Gertz Manero deberá levantar el guante.
Olvidó el almirante que quien ordenó liberar a Ovidio Guzmán fue su jefe, el caudillo de Tepetitán, quien también instruyó a las fuerzas del orden y seguridad “abrazos, no balazos”, dialogar y no someter a criminales ante quienes incluso han entregado sus armas.
Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito ya exigieron una aclaración. NO la recibirán.
La instrucción salió de Palacio Nacional, no de los jueces. También de ahí salió la instrucción para que el secretario de Marina alzara la acusación contra jueces, cuyos representantes estuvieron días antes de visita en ese coso convertido en asiento del poder Ejecutivo.
Pocas horas antes, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, la incondicional ministra Yasmín Esquivel Mossa de Rioboó y Juan Luis González Alcántara, desayunaron con el Ganso, encuentro que se intentó ocultar al grado que el presidente de la SCJN salió en auto sólo para cruzar la calle y al saberse, intentaron decir que estuvo con el consejero jurídico ejecutor de chantajes y amenazas, Julio Scherer, convertido en abogado de la nueva mafia.
Este encuentro que el propio machuchón reconoció en público se da en plena venganza política del tabasqueño quien a toda costa quiere encarcelar al gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca y se apruebe la ampliación de período de Arturo Zaldívar al frente de la Corte, con lo cual se sentaría precedente para el posible alargamiento de los seis años constitucionales del presidente mediante una consulta o un “clamor popular”.
Resulta ominoso (abominable, condenable y aborrecible) lo que sucedió la semana pasada; es sin lugar a dudas la señal más clara de las intenciones del profeta de la 4T para quien la desgracia, la muerte de mexicanos no merece su atención porque esas son cosas del pasado y sólo le sirven como “anillo al dedo” para sus ambiciones políticas y de permanencia en el poder. Para él, la pobreza de millones, el asesinato, el fallecimiento de decenas de miles de mexicanos, sólo sirven a ese propósito, pero para para solidarizarse y establecer responsabilidades.
Hasta pareciera que, en la mente perversa del tabasqueño, entre más muerte, dolor, pobreza y necesidad y hasta confrontación de los mexicanos, mejor para su causa. A cada desgracia ha de reír y aplaudir a coro con sus incondicionales, pues de eso se nutre su proyecto, de esa manera puede comprar más votos y conciencias y por qué no, lealtades como parece que ya lo hizo con los mandos militares, quienes por su lado no deben olvidar que esas instituciones se integran con “Juan Pueblo” y les puede dar una sorpresa.
Entre tanto ¡Gracias señor presidente! Porque con sus dichos y acciones logró unificar a los mexicanos en su contra.
Porque como un mal virus está inmunizando a la sociedad contra mesías, especialmente tropicales. Porque su rencor le hace quitarse la careta y mostrar su rostro gansteril, revanchista y autoritario
Porque antes de la elección ayudó a muchos a definir su voto contra Morena.
Porque las mentiras, persecuciones y venganzas de sus mañaneras ya no convencen a nadie
Porque hoy sabemos que el principal enemigo de los mexicanos es el profeta de la Cuarta Regresión, usted
Y muchas cosas más, incluyendo que ya falta menos para que se vaya a su rancho a vivir de lo que no se ganó. Yo le pago el pasaje en primera clase que, desde luego, no se merece.
UN VOTO POR MORENA ES UN VOTO CONTRA MÉXICO