El poeta español Francisco Brines, fallecido este jueves a los 89 años, era el último representante vivo de la generación del 50, y conocido por su defensa de la poesía como ejercicio de tolerancia.
Recibió el Premio Cervantes en el 2020, en su casa de Oliva, Valencia, hace solo ocho días, de manos de los reyes, y que culminaba una carrera llena de reconocimientos.
Académico de la Real Academia Española, recibió, entre otros, el Premio Adonais de Poesía (1959), el Premio de la Crítica (1966), el Nacional de Poesía (1987).
También el Premio Nacional las Letras españolas (1999) al conjunto de su obra, y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2010.
La agencia española EFE dio a conocer que el escritor nació el 22 de enero de 1932 en Oliva.
Tras estudiar en los Jesuitas de Valencia, pasó por las universidades españolas de Valencia, Deusto y Salamanca para licenciarse en Derecho y por la de Madrid para cursar Filosofía y Letras.
Combinó la producción poética con su labor como profesor universitario. Fue lector de literatura española en la Universidad de Cambridge y profesor de español en la Universidad de Oxford.
Su poesía se caracteriza por el tono melancólico de sus versos. Oscila entre la glosa de su tierra natal y el cuidado de la belleza de sus versos.
El tema capital de su producción es el paso del tiempo, la decadencia de todo lo vivo, la degradada condición del ser humano sometido a sus limitaciones.
Fue compañero generacional de otros ilustres escritores que se opusieron -en verso o en prosa- al régimen franquista.
Entre ellos, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Agustín Goytisolo, y Carmen Martín Gaite.
Fue calificado como “un gran poeta metafísico” y parte de su producción conforma uno de los vértices de la poesía española de la segunda mitad del siglo XX.
Su primer libro, “Las brasas”, fue publicado en 1959 y con él ganó el Premio Adonais.
A continuación publicó “Palabras en la oscuridad” (1966), que recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1967. Este mismo año ganó además el Premio de las Letras Valencianas.
Francisco Brines impulsó en 2019 la creación de una fundación que lleva su nombre y que otorgará dos premios literarios, uno en castellano y otro en catalán.
Dicho galardón servirá para preservar su legado, una biblioteca de unos 30 mil volúmenes así como su colección de arte.
El pasado día 23 de abril participó en los actos de celebración del Día del Libro, leyendo, con dificultad, este poema: “Como si nada hubiera sucedido/ Es ese mi resumen y está en él mi epitafio./ Habla mi nada al vivo/ y él se asoma a un espejo que no refleja a nadie”.
El 12 de mayo recibió el Cervantes y tan solo tres días después fue operado de urgencia de una hernia en el Hospital de Gandía, donde hoy ha fallecido.
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