• “El éxito es tener lo que quieres; la felicidad, querer lo que tienes”
Ernesto Madrid
¿El dinero conduce a la felicidad? La respuesta es NO, pero depende de muchos factores, sin dejar de reconocer que nuestra relación con el dinero es complicada, concluye Brian Portnoy, fundador y director ejecutivo de Shaping Wealth, una firma orientada a la “satisfacción financiada”.
El tema resulta interesante de cara a este próximo 2025, dónde la gente relaciona la felicidad con el dinero, la posición económica con la comodidad, pero existe una parte importante que describe Portnoy de que si le preguntas a alguien que está en la parte baja de la “escalera económica”, dirá, sin dudar, que la falta de dinero puede llevar a la miseria; pero si hablamos con personas que han logrado crear grandes fortunas, será claro que el dinero no conduce automáticamente a la felicidad. Así que el dinero te “compra” un poco de felicidad, pero solo hasta cierto punto.
Si partimos de la llamada jerarquía de necesidades de Maslow: seguridad, protección, comida, refugio, etcétera, obviamente, si no tenemos esas cosas, la falta de dinero, ¡claro que nos va a traer muchas preocupaciones! Muchos le llaman miseria (pobreza, escasez, ruina), por lo que, la eliminación de la miseria es distinto al logro de la felicidad.
Ahora bien, si tomamos en cuenta que, la función principal de nuestro cerebro es sobrevivir, esa es nuestra historia evolutiva, y el dinero nos compra refugio, nos compra comida, nos compra calor, nos compra seguridad, a un nivel superior puede permitirnos el lujo de deshacernos de la irritación, o de ciertas personas que no se desea ver, o ciertos viajes que no deseamos hacer; podemos pensar en el dinero como una forma de mitigar o, incluso, eliminar la tristeza, la decepción y la miseria, que es, con mucho, la relación más poderosa entre el dinero y un estado emocional particular.
Brian Portnoy señala que, Hay dos definiciones diferentes de felicidad: 1) Es simplemente el día a día: buen humor, mal humor, teniendo emociones positivas. 2) El otro tipo de felicidad, que se remonta a Aristóteles, lo que llamó “Eudemonía”, es una fuente más profunda de significado y satisfacción, ya que se relaciona con la primera definición de felicidad.
Tiene razón, ha habido un estudio tras otro que muestra que, una vez que puede uno permitirse lo básico en la vida, tener ese ingreso marginal no necesariamente lo va a poner a uno de buen o mal humor.
Si se es una persona generalmente alegre, va a seguir de esa manera, y si generalmente se es quejumbroso e infeliz, ganar cientos de miles de dólares al año no le van a cambiar.
Por supuesto que también está la sabiduría de como gastar el dinero: hay algunas investigaciones interesantes del reconocido psicólogo de la economía del comportamiento, Danny Kahneman, y del economista escocés, Angus Deaton, que muestran que, si se gasta sabiamente, el dinero puede ser la base de una vida con sentido, y hay diferentes fuentes de significado en nuestras vidas.
Cuando se gasta sabiamente en ciertos tipos de experiencias y relaciones, el dinero se puede usar de manera muy efectiva para llevar una vida mejor y más feliz.
Ahora bien, para el experto en simplificar el complejo mundo del dinero, desde el punto de vista del bienestar financiero, lo más importante es que cada uno de nosotros tengamos nuestros propios objetivos individuales auténticos, incorporados en algún tipo de plan financiero. Esto hace que sintamos que estamos progresando hacia las cosas que hemos identificado que nos importan a nosotros y a nuestros seres queridos.
“Invertir fuera de un plan financiero bien definido es especulación. Y eso podría no ser necesariamente algo malo; depende del perfil de cada participante, pero deben estar muy consciente de los riesgos asociados. Sin embargo, si realmente pensamos en la relación entre el dinero y la felicidad, cuando tenemos un plan bien definido, significa que nos dirigimos hacia algo.
Puede ser: una jubilación temprana, un trabajo independiente, la educación universitaria de los hijos, un viaje fantástico, etc.”, señala Brian Portnoy.
Concluye que el tiempo ha sido sabio al enseñarnos que, más dinero no siempre compra la felicidad, pero si se usa correctamente, puede comprar experiencias, puede ayudar a otros y puede traer una vida de satisfacción financiada, si se aplica correctamente.
¿Usted que espera de su dinero para este 2025? Felicidad, satisfacción, comodidad, aprendizaje y simplemente, satisfacer el ego, que como dijo alguna vez, el famoso banquero H.L. Menken, “nada corrompe más tu juicio que la visión de tu vecino enriqueciéndose”.