La 4T nos lleva a un despeñadero financiero; tal vez es lo que quieren
Miguel A. Rocha Valencia
De repente quienes gobiernan a México se volvieron muy patriotas y para eso proponen reformas legales para hacer efectiva una autonomía en seguridad y buscamos no tener que responder a entidades financieras extranjeras en el manejo de políticas monetarias.
Ya antes, por decisión de quien manda en este país, se dio palo sin recato alguno a inversiones y contratos que nos consiguieron la desconfianza internacional y el resquemor de empresarios nacionales que ya no saben por dónde les van a llegar la “Cuarta”.
A los primeros, se les canceló junto con varios mexicanos, el Aeropuerto Internacional de Texcoco, donde los mexicanos perdimos miles de millones de pesos que seguiremos pagando al menos durante los próximos 19 años en una deuda inexplicable y que sería bueno tomara en cuenta la titular del SAT, Raquel Buen Rostro cuando afirma que les ahorró a los mexicanos un Fobaproa, cuando en realidad con lo que no se invirtió en el NAIM, estaríamos casi a mano.
Porque sólo en ese caso, no fueron únicamente los ocho mil millones de fibra verde que financiaría al aeropuerto, sino todo lo que implicó en devaluación del peso, pérdidas en Bolsa de Valores y la desconfianza que llega hasta nuestros días por parte de los inversionistas internacionales.
Ahí se suman los contratos fallido o retractados por cerca de 35 mil millones de dólares, lo de Iberdrola incluido, amén de la pérdida en energías limpias. La cervecera cancelada es carta aparte con Etileno XXI, así como otros proyectos que ya no llegaron y que reportó el Bank of America en su encuesta con los dueños del dinero. Le tienen miedo al mesías tropical por los bandazos que da en “su” muy personal modo de aplicar política, sobre todo las mentadas consultas a modo.
A los segundos, los empresarios nacionales, el profeta de la 4T, de plano los arrincona, los chantajea y advierte “cooperas o cuello”. Tuvieron que entrarle para una rifa que no existió, les quitó estímulos, fueron obligados a sostener salarios y plazas de trabajo en pandemia y se les negó la ayuda que pidieron para sobrevivir y mantener empleo.
Pero, además, el caudillo de Macuspana les deja la tarea de propiciar crecimiento, desarrollo, economía, de lo cual el gobierno de cuarta se retiró para gastar el dinero en la compra de lealtades en vez de invertir para generar un auténtico cambio.
Por eso en vez de que exista un programa de inversiones en proyectos diversos, incluyendo infraestructura por 2.5 billones de pesos, no llega ni a 750 mil millones a cinco años. El gobierno, dicen empresarios, no ponen su parte.
Ahora se argumentan reformas para hacer “autónomo” al Banco de México, incluso de la FED, el Sistema bancario central de Estados Unidos, que realiza las funciones de banca central, pero cuya influencia es capaz de incidir en economías de otros países por su peso financiero. No se olvide que la también llamada Reserva Federal apoya el blindaje que presume el tabasqueño mediante una línea swap que garantiza liquidez en dólares sin costo hasta por 60 mil millones de dólares.
Por cierto, esa línea que permite convertir pesos en dólares sin tocar las reservas internacionales, vence en marzo del año próximo.
Eso y las reservas internacionales de Banxico que llegan a cerca de 195 mil millones de dólares, es lo que da blindaje al peso y garantía de estabilidad. Si nos peleamos con la FED, nuestro país podría tener problemas, y si se quedan las reformas como las aprobó el Senado, seguramente nos pondrán en la mira, lo mismo hará el Banco de Pagos Internacionales.
Es decir, a veces no entendemos que busca el actual gobierno, salvo que en se trate de una estrategia estulta o malévola que pretende aislar al país, empobrecernos y reventar la economía. La verdad hasta da temor tanta ignorancia o perversidad ¿Cuál de las dos cosas será?
Como sea, confirmaron a Joe Biden como presidente electo de Estados Unidos y por ello da la impresión de que a los de Palacio Nacional les urge hacer reformas para consolidarse. Veremos.