Yo Campesino / López vs López

*El peor enemigo del tlatoani y de México, es López Obrador

Miguel A. Rocha Valencia

La fuerte presencia de Donald Trump en el electorado estadounidense nos deja claro porqué en algunas encuestas de nuestro país, el caudillo de Tepetitán se mantiene arriba a pesar de su autoritarismo, ineficiencia o ignorancia para gobernar o el encubrimiento de la corrupción manifiesta en la 4T cuyos integrantes efectivamente son diferentes a los de antes. Resultaron peores.

De tal suerte que, no obstante, las cifras y hechos demostrativos de que vamos peor en economía, salud, corrupción, sociedad y arrastramos un mayor número de muertos por violencia con casi 65 mil y próximamente alcanzaremos 100 mil por Covid-19, el tlatoani tabasqueño se mantendrá en la preferencia de un gran sector de la sociedad, especialmente aquella acostumbrada a vivir de la dádiva.

Antes se le decía paternalismo, hoy es populismo, pero la receta es la misma, regalar dinero a quienes menos aportan al Producto Interno Bruto para consolidar una base electoral, que tarde o temprano se desgasta conforme disminuyen los ingresos, los administradores de los programas sociales se corrompen y se quedan con los recursos.

En Estados Unidos, por eso el Congreso se mantiene con una fuerte carga republicana; el que pierde es Trump, porque el desprestigiado no es el partido.

En México en cambio, tenemos organizaciones políticas desacreditadas, carentes de autoridad para acusar a quien está en el poder. Por eso se pueden sacar videos y pruebas de las corruptelas de los de la Cuarta y no pasa gran cosa, así sean los hermanos, hijos, nueras y cuñadas del oráculo de Palacio Nacional.

Podemos sacar la lista y los pecados de Ana Gabriela Guevara, Manuel Bartlett, Zoé Robledo, hermanos y amigos, de Rocío Nahle, Rabindranath Salazar, Irma Eréndira Sandoval y su hermano, del secretario particular de López y todos ellos, serán santificados por el Pontífice de la Cuarta y los poderes alternos que ya fueron sometidos.

Impactarán, a nivel estatal, donde sólo la presencia de liderazgos locales y creíbles, podrán alzar la mano como alternativas reales; en lo federal, no se ven muchas posibilidades. En todo caso será el mismo tlatoani quien se desgaste, como lo hizo Trump y entonces habrá la posibilidad de un contendiente que incluso de mediana presencia, pueda significar un cambio.

Pero si atendemos al fenómeno político del norte, no será quien contienda quien gane, sino el propio López, quien entierre a la Cuarta. El macuspano lo dice: el proyecto es él. Tendría que surgir una nueva corriente.

Seguramente lo veremos en las intermedias del próximo año, donde los más de tres mil cargos de elección popular, marcará la ruta hacia el 2024, con una Cámara de Diputados federal donde seguro, cambiará el peso de Morena, así como en varias entidades donde se renuevan Congresos que dejen de ser simples lacayos al servicio del profeta de Palacio Nacional.

Para ello será importante superar retos, plantear a la ciudadanía alternativas confiables que permitan recuperar la economía que hoy, apenas deja ver los estragos de dos años donde la inversión privada perdió la confianza en el gobierno y sus instituciones. Siete trimestres recesivos que se acentuaron con la pandemia.

Por más que nos quieran maquillar las cifras, la presunta recuperación del 12 por ciento, choca contra una caída del 18 en el trimestre anterior y aunque frena la caída de la economía, esta sigue en descenso, por eso los recortes, por eso la quita a los fideicomisos, de ahí el ilegal descuento a los aguinaldos y prestaciones de la burocracia. Por eso los bajos salarios en las plazas de empleo que se recuperan.

Escasea el dinero por la caída de impuestos, se extinguen los fondos de contingencias, se acaban los deudores fiscales y se pretende mantener una plantilla clientelar de programas sociales a fondo perdido y mientras no llegue la inversión privada a sustituir a la pública, la recuperación se verá afectada.

Pareciera que, en su visión, el tlatoani no alcanza a ver que, si no recupera la confianza de los inversionistas, él mismo verá minado su poder, su capacidad de convocatoria.

Sigue equivocándose. Ya hasta la ONU reconoció a Joe Biden como presidente electo; López se niega y con eso, le regatea a México posibilidades, y eso no lo va a pagar él sino todos quienes vivimos en este país.

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