• Mientras más se mueve el Ganso, más se hunde en la corrupción de la cual es parte
Miguel A. Rocha Valencia
Desde hace dos años apuntamos que el plumaje del Ganso está no salpicado sino cubierto de lodo por la corrupción de él mismo, su familia, amigos y colaboradores.
Todos los días surgen noticias, videos y audios sustentados por documentos con los cuales se evidencia que la lucha anticorrupción de la 4T, sólo fue slogan de campaña; esa fue la bandera con la cual lograron que el hartazgo de la mayoría de la población decidera por un cambio, que ya no se dio y por ello el desencanto crece lo mismo que el enojo del machuchón de Palacio.
Surge todo, como salió con la administración de Enrique Peña Nieto, cuando se aseguró que al menos medio billón de pesos anuales fue escamoteado del presupuesto y sustituido por inversión privada y extranjera; la entrega de contratos y concesiones por décadas, la creación de holding encabezado por Higa para obras públicas con “diezmo” y hasta las intimidades del habitante de Los Pinos, su afición por mujeres y las revanchas.
Lo mismo que hoy, pero esta vez, el titular del Ejecutivo encabeza la defensa de todos los denunciados, incluyéndose, sólo que hoy, es el mismo inquilino de Palacio Nacional quien asume la defensa, niega la existencia de toda esa corrupción documentada y acusa a los medios y a sus enemigos de crear una campaña en su contra, para debilitar a la 4T.
Y como está seguro que habrán de salir más trapos sucios, pues sabe de su existencia, se cura en salud y anuncia que habrá más “ataques”. Olvida convenientemente el mesías tropical, que, si bien él y su gente confiscaron aun antes de tomar posesión todos los archivos e investigaciones existentes tanto en la sección de inteligencia de la secretaría de la Defensa Nacional como del Cisen y de Gobernación y todas las demás dependencias incluyendo la Función Pública, los salientes guardaron un espejo para “cuando se necesitara”.
Esos archivos que detallan actos de corrupción, investigaciones y hasta datos personalísimos de quienes se fueron, incluyendo las fichas de los recién llegados, en muchos casos actualizados ante la expectativa de su arribo al poder. O qué
¿Creyeron los de la cuarta que no tenían sus expedientes y que los idos no se llevarían un espejo?
Hace meses en este espacio lo comentamos. La guerra sucia aun no inicia y no hay duda; el plumaje del ganso se va a enlodar más todavía; saldrán más cuentas bancarias específicamente de Santander y Banorte con las aportaciones a la causa de Morena mucho antes de las elecciones, en plena campaña, dineros “negros”, de dudosa, bueno no tanto, procedencia, tanto que intervinieron autoridades estadunidenses y una de las entidades financieras estuvo bajo escrutinio por aquello de recursos del narco.
Los diez millones que depositaron en un día en carrusel Alejandro Esquer y Denis Zah con seis personas más en 2017, palidecerán.
Saldrá lo de las recaudaciones con empresario realizada por el finísimo Julio Scherer Ibarra, lo que este sabe del machuchón, sus hijos, su enriquecimiento explicable y posiblemente nos enteremos dónde guardan “su dinero”. Algunos recordarán cuando iban frecuentemente a Cuba, las transferencias a Venezuela disfrazadas de negocios en dólares.
De tal suerte que poco a poco la corrupción de la 4T y su profeta, se conocerán. Tal vez por eso Porfirio Muñoz Ledo plantee que en los próximos dos años ese movimiento y gobierno se desgajarán, sobre todo porque tiene bases falsas de corrupción, mentiras y chantajes. Esa es la divisa del caudillo macuspano.
Se desgajará precisamente porque en vez de cambio para mejorar todo empeoró; los votantes no querían limosnas sino oportunidades, castigo a la corrupción y la impunidad de otros sexenios y ambos vicios están enquistados, ya venían con la 4T.
Los datos no mienten; se treparon al poder con las mañas del viejo PRI, corrupción, falsas promesas “una cosa es prometer y otra cumplir”, decía el pejelagarto a sus cercanos. Sólo que esta vez, tenemos un país en quiebra, con tres billones más de deuda que no se ven, cientos de miles de fallecimientos por asesinatos y enfermedades por carencia de medicamentos; funcionarios denunciados y exhibidos que se aferran al poder protegidos; familias que se enriquecen con el dolor ajeno, contratos y concesiones presupuestales.
Más pobres, desempleados, miserables laborales, un Ejército en las calles y una nueva Guardia Nacional, y a pesar de ello empeora la inseguridad, concentración del gasto, 700 mil millones de pesos para comprar votos en la opacidad y faltan tres años más de calamidad.
Por Mi Raza Hablará el Espíritu