• El pasado es ayer ¿Entonces podemos enjuiciar a los culpables de la actual masacre?
Miguel A. Rocha Valencia
Si partimos del principio de que el pasado es ayer, entonces quien propuso la consulta para juzgar a los expresidentes y sus cómplices también debe ser enjuiciado de acuerdo a lo que dice la pregunta.
En ese contexto ¿Cuántos mexicanos no estaríamos de acuerdo en colocar en el banquillo de los acusados al o los causantes de la masacre que vive México en seguridad, justicia, salud, educación, cultura y desde luego, economía?
De plano, si nos apegamos al texto de la cuestión planteada en la pasada consulta, el Ganso y sus huestes, tendrían qué someterse a juicio. Elementos los hay, se han acumulado a lo largo de más de tres años.
Para empezar, se cuestionaría dónde están las pruebas de la corrupción que esgrimió para ilegalmente cancelar, mediante una encuesta patito, organizada por él mismo y sus lacayos el Nuevo Aeropuerto Internacional en Texcoco.
En más de mil días de gobierno, no las exhibió el Mesías y en cambio, tiró a la basura cerca de 600 mil millones de pesos, expulsó inversiones por cerca de ocho mil millones de dólares y canceló el arribo de al menos 35 mil millones de dólares más, con todos los empleos y crecimiento económico que hubiesen significado. Y con energías limpias, mejor.
Según los expertos, la cancelación del NAIM causó que México no creciera en los dos primeros años y provocó crecimiento de deuda por liquidación de contratos, depreciación del peso, por cerca de 800 mil millones de dólares, incluyendo los pendientes de la fibra E que curiosamente no entra a débito pues se paga con los ingresos del TUA del AICM.
Llevábamos nueve trimestres sin crecer, con recesión y llegó la pandemia. Se exhibió en todo su esplendor la ignorancia y traumas del profeta de la 4T quien en vez de gestionar los conflictos derivados de la enfermedad dijo que le cayó anillo al dedo; no le importó que la economía se desplomara ni que los mexicanos murieran, pero le dio oportunidad de concentrar en su persona el gasto de muchos miles de millones más y gastarlos a su capricho en busca de consolidar mediante dádivas su proyecto político.
A la fecha los expertos dicen que, de los 350 mil muertos por la pandemia, al menos la mitad pudo evitarse con sólo usar el cubrebocas el cual el gobierno de Morena desestimó.
En cuanto a la corrupción, no se extirpó como prometió el Ganso, en todo caso se volvió cínica, se justifica cada vez que se exhibe, se consulta la aplicación de la ley, se negocia como el caso de Emilio Lozoya, se encarcela sin juicio como Rosario Robles, el chantaje y la amenaza son los recursos y las instituciones públicas, los medios para someter a los contrarios.
La Ley que se aplica, es la del Ganso quien condena todo lo que le es contrario, persigue, acusa, enjuicia y trata de someter no sólo a instituciones como el INE, sino a empresarios, medios de información, intelectuales, científicos, periodistas y todos cuantos no creen o critican su proyecto de miseria, incluso a las clases medias a quienes califica de complotistas, aspiracionistas y contrarias al cambio cuando son ellas quienes lo detonan.
A cambio, les niega salud y bienestar; los pobres crecen todos los días, deben conformarse con empleos mal pagados, otros, someterse al dictado de las empresas criminales so pena de perder la vida y propiedades. No hay quien los defienda, el mesías quien da por perdida la batalla contra el narco, les dice que se sienten, negocien y lleguen a acuerdos de convivencia.
Entonces ¿Para qué son los 100 mil policías presidenciales disfrazados de Guardia Nacional? Suman 92 mil asesinatos y frente a ellos, el caudillo aplaude y disculpa a los autores de esos crímenes, a quienes someten con las drogas a millones de seres, de invadir y confiscar sus propiedades, su libertad, sus vidas.
Libera delincuentes, los justifica como lo hace con el manejo de dineros obscuros por parte de su familia y el robo de sus colaboradores, todos denunciados con pruebas, pero cubiertos con el plumaje de impunidad del Ganso a quien salpican y no importa.
Así el país de las consultas, donde al final, quien dicta cual ley se aplica, es el profeta de la 4T, para eso es el machuchón de Palacio Nacional, desde donde descargará su ira contra el INE a quien culpará de su nuevo fracaso…
Ya dijo, no le importa lo que diga la mayoría de quienes habitamos este país: hará lo que a su juicio sea lo mejor para los mexicanos, incluso contra la voluntad de los papás de los niños.