*Aunque no se quiera, estamos en régimen totalitario; la voluntad del tlatoani se cumple a rajatabla
Miguel A. Rocha Valencia
Ciudad de México.- Son muchos los elementos que nos hacen creer que el Financial Times tiene razón cuando afirma que en México gobierna un “caudillo autoritario” que se colocó por encima de la ley. De plano le dijo fascista.
Para empezar, integrantes destacados de la 4T y cercanos al tlatoani de Palacio Nacional, reconocen el autoritarismo de López y en los hechos, en México se hace lo que el mesías tabasqueño ordena, incluyendo lastimosamente, la línea editorial de algunos medios de relevancia nacional.
Ahí están entre otros, varios de sus exsecretarios de primer orden como el de Hacienda, Carlos Urzúa Macías, quien en más de una ocasión intentó corregir la plana al profeta de Macuspana; denunció el tráfico de influencias de Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, con quien perdió el debate y terminó renunciando al no soportar la injerencia en las políticas económicas y la impotencia de tratar de hacer las cosas bien.
Fue un escándalo, pero el caudillo de Tepetitán, no reculó ni corrigió el camino. Más adelante vino Víctor Manuel Toledo, ex titular de la Semarnat, quien luego de criticar cómo se llevan las cosas desde Palacio Nacional y acusar también a Alfonso Romo, así como al secretario particular de López, se tuvo que ir.
Pero dejó en claro que el llamado peje, no entiende, no escucha y si se le contradice regaña y ve como enemigo o traidor a quien intenta hacerlo cambiar. Señaló Toledo, que en su gestión tuvo que “plegarse al Señor del Palacio”. “Mis ideas más radicales, o las de todo mi equipo se tenían que plegar al “Gran Maestro’, que es el ‘Señor de los Cielos”
Fue a más el ex titular de Semarnat al apuntar que el ‘Señor del Palacio’, trae un juego al cual teníamos que plegarnos. “Pero con ciertos límites en los cuales no podíamos ceder y hubo fricciones”, hasta que mejor renunció. Su jefe dijo que fueron motivos de salud. Algo parecido sucedió con Jiménez Espriú, a quien se le colmó el buche cuando le quitaron obras públicas, telecomunicaciones y los puertos.
Esos son sólo tres ejemplos declarativos dentro del gabinete que “hablan” del gobierno de un solo sujeto, pero si vemos hacia los otros poderes, es para dar escalofrío especialmente luego de las decisiones de la Suprema Corte de la Nación, cabeza del Poder Judicial, donde no sólo está la obediencia al mandato presidencial para autorizar o legitimar consultas populares que de entrada violarán presunciones de inocencia y derechos humanos y serán guiadas también por el mesías.
Ahí también se dio palo a los amparos que un juez otorgó para detener las obras de Santa Lucía; el juzgador fue suspendido y los trabajos se realizan aun sin tener estudios reales de impacto de suelos, ambiental, edafológicos y de aeronavegabilidad.
Se hace porque lo ordena el caudillo, como instruyó la cancelación del NAIM y se tiraran al caño más de 500 mil millones de pesos, la confianza de los inversionistas, la credibilidad de este gobierno y lo peor, la oportunidad de atraer mucho trabajo al competir en conectividad con terminales como Houston o Panamá.
De hecho, dicen que quien ordenó esto, fue el propio Trump, el presidente de Estados Unidos que legitimó la transición de poder de Peña para López, con todo y el pacto de impunidad.
Ahí mismo en el Poder Judicial de la Federación, el Tribunal Electoral hizo de las suyas y le autorizó tres aliados más al presidente con partidos franquicia de Elba Esther Gordillo, los religiosos y de su amigo delincuente y sindicalista Pedro Haces. El INE les había negado el registro, a los tres.
Del Legislativo, ni hablar, son lacayos serviles de tan de bajo nivel que los regaña si se equivocan, por eso le entregaron todo el presupuesto para su aplicación discrecional.
Pero hay más, en una combinación de horca y cuchillo, desde el púlpito de Palacio Nacional se condena o se perdona en juicios sumarios donde después la autoridad actúa; la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda con Santiago Nieto, se convirtió en el garrote para todo el que disienta, desde dueños de medios y periodistas hasta líderes agrarios, expresidentes, jueces, científicos, empresarios, líderes sociales. El que sea.
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Para cerrar la pinza cuenta con la Secretaría de la Función Pública, cuya titular no sólo cumple las instrucciones, sino que se suma a las condenas de manera declarativa, pero cuando debe explicar sus propios pecados, resulta que no existen.
Así se exonera a los Barlett, Robledo, Guevara, a sus hermanos Pío y Lorenzo, a sus respectivas esposas, ambas resultaron buenas para robar, sus hijos que ahora son millonarios, Rocío Nahle y sus compadres, Alfonso Romo y sus negocios en la península de Yucatán y lo que se lleva por arrimar “empresarios” a las obras presidenciales o la misma Irma Eréndira y su marido, enriquecidos con salario de maestros universitarios. Lo nuevo es Jesús Seade, consentido del caudillo a quien se investiga por peculado igual que a varios súperdelegados.
Todos ellos son inocentes a pesar de las pruebas públicas; los demás aun sin comprobárseles nada, son culpables.
Estas acciones y muchas más nos hablan de que en México sólo truena el chicharrón macuspano y quien se oponga o lo niegue, corre el riesgo de ser perseguido, acusado, desprestigiado y hasta encarcelado, si todo va como ahora.