Sheinbaum cierra su primer año con récord de popularidad, pero con saldos

• La mandataria rompe marcas de aprobación, mientras su gobierno acumula quejas en seguridad, corrupción, economía y presiones de EU

Ernesto Madrid

Claudia Sheinbaum cumple su primer año de gobierno con un récord histórico en popularidad: en promedio, 73% de los mexicanos aprueba su trabajo, contra solo 23% que lo desaprueba.

Los datos son claros y dispersos, en agosto, el promedio de diez encuestas colocó su aprobación en un cómodo 73% contra un 23% de desaprobación: Buendía & Márquez le otorga 70% de aprobación; Mitofsky, 71%; Enkoll, 79%; El Financiero y QM/El Heraldo, 74%; Factométrica, 82%. Massive Caller, con encuestas robotizadas, apenas le concede 57%. En redes sociales, Algoritmo la catapulta al 78%. En resumen, ninguna metodología la deja por debajo de la mayoría absoluta, salvo la tecnología sin corazón que no recibe transferencias.

El contraste es brutal: Sheinbaum es mejor evaluada que su propio gobierno. Según Buendía & Márquez, 77% la considera preparada, 75% honesta, 74% con carácter y 73% empática. Pero cuando la pregunta se traslada al país, la magia se diluye: 36% cree que México está peor que antes, y solo 57% piensa que vamos por buen camino. Mitofsky coincide: 66% dice que el país está mejor con Sheinbaum, pero un nada despreciable 31% afirma que está peor.

Los temas donde su administración hace agua están bien medidos: la economía y el combate a la corrupción retrocedieron 15 puntos netos entre marzo y agosto, mientras la inseguridad se mantiene como el talón de Aquiles. Según Enkoll y El Financiero, la ciudadanía ubica como lo peor de este gobierno justamente lo que más preocupa: la violencia, la relación con Estados Unidos y la corrupción.

La paradoja se explica con un detalle casi cínico: más de 40% de los encuestados asegura que lo mejor de Sheinbaum son los apoyos directos a la población. Todo lo demás —educación, salud, justicia, empleo— ni aparece en el radar. Es decir, la popularidad no se sostiene en políticas públicas, sino en el manual básico de supervivencia: repartir dinero.

Sheinbaum cierra su primer año con récord de popularidad, pero con saldos

Y mientras la presidenta presume que “el mundo entero tiene los ojos en México por la transformación”, la realidad doméstica se acomoda de otro modo: 13.5 millones de mexicanos habrían salido de la pobreza, según la narrativa oficial, pero a costa de servicios de salud colapsados, medicamentos ausentes y un sistema educativo que no despega. La popularidad se eleva en encuestas, mientras los desaparecidos se acumulan en estadísticas.

En la comparación histórica, Sheinbaum supera a todos: AMLO, Fox y Calderón rondaban el 60% de aprobación en el mismo periodo; Peña y Zedillo no llegaban al 50%. Ella, con más de 70%, rompe récord. Pero mientras AMLO perdió brillo con el “Culiacanazo”, Sheinbaum no ha enfrentado una crisis de esa magnitud… todavía.

Lo que sí carga es un gabinete con señalamientos de corrupción, aliados incómodos y la presión de Donald Trump, que ya amenaza con traer sus tropas a combatir cárteles “dentro de territorio mexicano”.

La ciudadanía parece dispuesta a perdonarle todo, mientras siga defendiendo la bandera nacionalista y mantenga el flujo de programas sociales. Lo demás, como diría su propio manual de comunicación, se maquilla con la frase de cajón: “La transformación va bien y el mundo nos mira”.

El resultado es claro: Sheinbaum es la presidenta mejor evaluada en la historia moderna de México. Su gobierno, en cambio, es el peor evaluado de su propio mandato. Popularidad de lujo, gestión de saldo.

@JErnestoMadrid
jeemadrid@gmail.com

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