Reuniones a puerta cerrada y estrategias cuestionables: el estilo de José Couttolenc en el Verde

Luis Ayala Ramos

Toluca, Estado de México.-  La reunión a puerta cerrada encabezada por José Couttolenc Buentello, dirigente estatal del Partido Verde, dejó al descubierto un estilo de conducción política que preocupa por su tono autoritario, su apuesta al control interno y la explícita instrucción de evitar la participación pública y la pluralidad, ello con la finalidad de mantener cuotas de poder que sólo persiguen la obtención de prerrogativas por representación legislativa.

Lo dicho por el propio dirigente —en un encuentro reservado con líderes locales—, revela no sólo una estrategia electoral, sino una manera de ejercer poder que choca con las prácticas democráticas que se debería exigir cualquier fuerza política.
Couttolenc no ocultó su concepción de la política como un juego de control absoluto y ganancia de grupo.

Afirmó de manera literal que “el Verde se espera hasta el último para negociar con el que diga la presidenta”. Esa frase deja claro que cualquier iniciativa o propuesta local queda supeditada a decisiones centralizadas, obstaculizando la aparición de liderazgos auténticos, borrando la autonomía de actores municipales y distritales y priorizando la obediencia sobre la deliberación.

Más grave aún, el dirigente se refirió a actores políticos de manera totalmente despectiva y ofensiva: “De pronto Higinio, que es una sábana muy meada, que no es un novato en la política…”, así se expresó en alusión a Higinio Martínez, minimizando su experiencia y señalando que el liderazgo dentro del estado se mide por la sumisión a la cúpula y no por capacidad política o resultados. Además, Coutulenc hizo explícitas las tensiones internas: “Higinio está esperando que se vaya Horacio para quedarse con todo, Horacio está esperando que se vaya Higinio, y yo diría lo mismo, ¡que se vayan los dos para quedarnos con todo!”, dejando en evidencia la visión de la política como un juego de poder absoluto, donde las alianzas y rivalidades priman sobre la gestión pública.

Couttolenc insistió en que la prioridad es la disciplina y el silencio: pidió expresamente no “entrar en grillas de Morena” y advirtió que la menor desviación podría costarles posiciones y recursos. Ese mensaje no solo refuerza la jerarquía y el control interno, sino que mezcla la amenaza velada con la lógica de la recompensa: quien se alinee, recibe, quien discrepa, queda fuera.

Reuniones a puerta cerrada y estrategias cuestionables: el estilo de José Couttolenc en el Verde

En varios pasajes el dirigente defendió prácticas de opacidad, instruyendo a sus operadores sobre “prevalidaciones” y el manejo de afiliaciones como herramientas de poder y ventajas para la negociación en la alianza con Morena: “Entre más tengan el sistema, entre más afiliados tengan, más me pueden exigir”, dijo, dejando entrever que la representación política se traduce en cifras de padrones y validaciones, y no en compromisos reales con la ciudadanía.

También llamó la atención su insistencia en que los liderazgos locales deben esperar instrucciones de la cúpula: “El Verde se espera hasta el último para negociar con el que diga la presidenta”, recalcó, subrayando que cualquier iniciativa propia o negociación adelantada es vista como amenaza, mientras que la sumisión, se premia. Coutulenc incluso dejó claro que la negociación no será equitativa: “El partido tiene 8, 9 o 10 puntos, eso es lo que vale, pero no vamos a negociar mitad y mitad, eso es una chaqueta mental”. Este tipo de razonamiento refleja una visión partidista donde los acuerdos se diseñan desde arriba, ignorando la proporcionalidad o equidad con otros actores políticos.

Entre las instrucciones más polémicas, Couttolenc anunció la realización de una campaña electoral anticipada: “Vamos a iniciar una campaña muy robusta, espectaculares y la madre, con eventos…”, palabras que ponen en evidencia un intento de adelantarse a los tiempos oficiales de campaña. Este tipo de acciones puede ser sancionado por las autoridades electorales, ya que la normativa prohíbe actividades que impliquen promoción de candidatos o partidos fuera de los periodos establecidos, generando un riesgo legal que parece ser ignorado deliberadamente por el dirigente.

La reunión privada, además, evidencia que el objetivo central es posicionarse electoralmente frente a Morena y otros competidores, utilizando la disciplina y la opacidad como herramientas estratégicas: “Si no nos ponemos nosotros truchas, nos puede pasar lo que le pasó a Veracruz…”, alertó Coutulenc, refiriéndose a la pérdida de posiciones frente a otros partidos. La estrategia se basa en negociación, manipulación de cifras y eventos masivos, sin vinculación con programas o políticas públicas que atiendan a la población.

Frente a este panorama, resulta legítimo exigir transparencia. Los ciudadanos merecen conocer con claridad las reglas internas, los criterios para asignar candidaturas y los mecanismos de rendición de cuentas. Las reuniones a puerta cerrada tienen derecho a existir, pero no cuando sirven para preservar privilegios, sancionar discrepancias y decidir destinos públicos sin explicación, ni control.

La política no mejora con silencios estratégicos, ni con admoniciones que priorizan la disciplina sobre la deliberación. Si José Couttolenc y el Partido Verde aspiran a tener un papel relevante en el Estado de México, deberán demostrar que su gestión no se reduce a tácticas de control interno, clientelismo y promoción anticipada de campañas. De lo contrario, la percepción será inevitable: más interés en conservar el poder y conseguir prebendas, que en gobernar para la gente.

Related posts

En EdoMéx más de 800 km de caminos del sur rehabilitados: Delfina Gómez

Desalojan a comerciantes en Chimalhuacán; gobierno niega uso de la fuerza

No daré un paso atrás: Gobernadora Delfina Gómez rinde Segundo Informe de Labores