OPINIÓN: Yo Campesino / ¿No quiere muertos?

 

  • Dice el machuchón de Palacio Nacional que seguirá política de abrazos, no balazos a narcos

Miguel A. Rocha Valencia

En una de las burlas o incongruencias más sangrientas, el Ganso de Macuspana advirtió que continuará con su política de abrazos, no balazos porque no quiere que nadie pierda la vida.

Si ese fuera su objetivo, parece que se equivocó, pues si sus datos dicen una cosa, los hechos indican que hacia la mitad de su sexenio tendrá, al menos 135 mil asesinatos en todo el país, comunidades sojuzgadas por el crimen.

A ellos se habrán de sumar más de 250 mil muertos “oficiales” por Covid-19 que podrían escalar a 350 mil incluyendo sospechosos, además de los miles de fallecimientos derivados de la mezquindad de escamotear dinero a la compra de medicamentos oncológicos y otras enfermedades crónico degenerativas, diagnósticos, estudios y tratamientos.

La negligencia también es un delito y generalmente se acusa a los médicos, algunos pierden no sólo su licencia profesional cuando se les declara culpables, sino también su libertad. En este caso del mal manejo de la pandemia, recomendaciones equivocadas como no tomar medidas preventivas, usar cubrebocas y evitar reuniones, tendría que tener consecuencias legales. Nos preguntamos si las habrá.

Respecto a la violencia asesina, parece que el Mesías llega tarde o simplemente quedó ciego y sordo pues no ve ni escucha los reclamos de una sociedad agredida, diezmada, cercada por el crimen a la que se atreve a pedir que no se arme, no se defienda, que dialogue y no se deje inducir o influenciar por los agresores.

Lo dice como si las comunidades sojuzgadas por el crimen organizado tuvieran elección, como si inermes pudieran decirles a los hampones que se sienten a dialogar, a platicar como camaradas, que no se arme o se defienda y menos aún que exija a la autoridad, a las fuerzas del “orden” que cumplan con su responsabilidad y no se encierre en sus cuarteles.

No irá el Ganso, ya lo dijo, a Aguililla, Michoacán ni a las zonas serranas de Guerrero donde los niños se arman para defender a sus comunidades o al menos no convertirse en “soldados” de los cárteles de la droga para sembrar, producir, empaquetar o traficar estupefacientes.

Pero si podrá ir a Sinaloa donde se siente seguro porque el Cártel del “Chapo” Guzmán se lo garantiza. Ahí no va a una tierra sin Ley, ya prevalece la del grupo criminal a cuyo heredero ordenó liberar y a cuya abuela instruyó a tres secretarios de estado ayudarla en sus demandas.

Mal hace el caudillo en eludir su responsabilidad. Es el primer obligado en cumplir y hacer cumplir la ley y no dejar que grupos criminales impongan sus reglas, creen ínsulas en un Estado de Derecho y desaparezcan la gobernabilidad institucional con la violencia de las armas, la siembra de muertes que luego son desconocidas por los “otros datos”.

Es increíble que desde el púlpito de Palacio Nacional se pida al pueblo que no caiga en la violencia y a los criminales armados y sanguinarios, no se les ponga en orden, se les quieran dar abrazos en cambio de aplicarles la ley, incluyendo la fuerza que para la autoridad reserva la Constitución.

En verdad es no un contrasentido como el juzgador a periodistas, medios y colocarlos en el banquillo de los acusados, sino una verdadera canallada deshumanizada decirle a la gente que no caigan en la violencia ni “se dejen manipular”. Y Se lo grita no sólo a las víctimas sino incluso a los mediadores, sacerdotes que en cumplimiento de su responsabilidad buscan dar protección a los desvalidos, a su grey.

Olvida el Mesías de la 4T que fueron sacerdotes quienes encabezaron la lucha por la independencia de México, que instaron al pueblo a tomar armas, a defenderse de la opresión que como en aquél entonces era explotadora y asesina.

La advertencia del Obispo de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, Salvador Rangel Mendoza fue muy clara “vamos a ser gobernados por narcos”. Él mismo confesó que hace dos años participó en un “diálogo con ciertas personas” para tranquilizar la zona, pero afirmó que ya cooptaron al menos, gobiernos municipales.

Resulta patético y alarmante que quien ocupa la Presidencia de la República, abdique por las razones que sean, a su responsabilidad, minimice la acción criminal, cierre los ojos ante la ausencia del Estado de Derecho y deje en la orfandad a comunidades enteras.

Entonces ¿Para qué era la Guardia Nacional? Sólo sirve para perseguir a migrantes, corretearlos por territorio nacional y asumir funciones de las fuerzas armadas regulares.

Otro síntoma de esa renuncia es que pondrá a consulta la aplicación de la Ley en vez de hacerla cumplir.

Por eso, no a la consulta. Que se aplique la Ley.

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