• Mañaneras exhiben ignorancia, cortedad de discurso, argumentos y rencores del Mesías
Por: Miguel A. Rocha Valencia
*Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de MegaUrbe
Llenar dos horas de tele no es fácil y menos cuando no se tienen ideas, programas, conocimientos o información. Por eso las peroratas mañaneras caen en el insulto, lugares comunes y mensajes vacíos de realizaciones, repletos de rencor, sin contenido ni novedades positivas para el país. Si acaso, la permanente evasión de responsabilidades de lo que no se ha hecho.
Por eso el machuchón de Palacio Nacional no suelta a los neoliberales, corruptos, conservadores y demás miembros de la histórica mafia del poder. Un discurso que se repite desde hace años y que bien podría escucharse todas las mañanas sin necesidad de prender el televisor. Así le hago y no me equivoco. Siempre es lo mismo, lo único que cambia, a veces, es el nombre del “culpable”.
Ya pasaron casi 28 meses y el Ganso de Macuspana sigue con el mismo discurso, pero su transformación sólo se centra en destruir y tratar de alzar sobre las ruinas del neoliberalismo, un gobierno unipersonal, una monarquía donde la disidencia merece el cadalso incluyendo a los cortesanos que se atreven a intentar corregir un rumbo que lleva al país hacia escenarios que ni los analistas más retrógradas o pesimistas hubiesen imaginado.
Bueno ni quienes aseguraron por años (me incluyo) que el profeta de la 4T era un peligro para México imaginamos hasta dónde podía caer el país en tan poco tiempo en las manos de quien esté el poder Ejecutivo.
La labor de zapa es tan grande como la ignorancia del Mesías Tropical. Un país que perdió en nueve por ciento del PIB, que lleva 12 trimestres de retroceso y al que el odiado Fondo Monetario Internacional le abre la esperanza de “crecer” cinco por ciento en 2021 y que festeja el propio secretario de Hacienda Arturo Herrera, como si fuera la gloria, cuando en realidad se trata de una tenue recuperación de lo perdido.
Perdió el país el equivalente a casi 2.7 billones de pesos en 2020. Eso ya no existe; este 2021 podremos recuperar poco más de la mitad, pero lo que se fue con el año pasado, se expresa en desempleo, millares de empresas cerradas, inversiones que se esfumaron igual que sueños y esperanzas de millones de mexicanos, muchos de los cuales decidieron emigrar a Estados Unidos, por eso se explica el crecimiento de remesas.
Pero el daño ya está hecho, México perdió con el PIB, desempleo, empresas quebradas, no ingresos, crecimiento de la deuda del siete por ciento y pérdidas de Pemex, años de realizaciones que dejaron los gobiernos “corruptos de antes”, esos que el Peje intenta exhibir todos los días en sus mañaneras de manera tan recurrente y grotesca que se vuelve vulgar en quien debería asumirse como el responsable de la tragedia que viven muchos mexicanos que perdieron seres queridos, patrimonio, seguridad, empleo, esperanzas.
Esto último, la esperanza, será lo último que muera, pero en tanto vemos cómo todo se cae sin remedio; la apuesta por Pemex se hunde junto con el valor de la marca que pasó de nueve mil 10 millones de dólares a seis mil 892 millones de dólares en un solo año.
Ni hablar de la generación de crudo o refinados que siguen a la baja mientras las pérdidas financieras y la deuda se acumulan hasta sumar en conjunto cerca de 2.2 billones de pesos en un solo año, sin tomar en cuenta que su masivo laboral se incrementó frente a una caída del precio de la mezcla mexicana del cuatro por ciento hasta ayer, con lo que el panorama de la paraestatal es tan gris como la esperanza del país de que con ella salgamos del bache económico-financiero que durará años.
Mientras a continuar con las mañaneras, con el rollo de todos los días, donde el profeta cuatroteísta se viste de charro para acusar a todos de su fracaso, ocultar cifras de su malgasto, contratos de inversiones que nadie sabe si se hicieron y pagaron como los de las vacunas reservados por cinco años, como los proyectos del aeropuerto de Santa Lucía, la supuesta venta-rifa del avión, el remate del acero del cancelado NAIM, los estudios del Tren Maya, las coberturas petroleras, la ordeña a Pemex o los expedientes reales del caso Cienfuegos.
Temas tan “transparentes” como la liberación de Ovidio Guzmán, el saludo a la mamá del “Chapo”, la nula persecución del crimen organizado y la entrega de obras y concesiones a los jefes de las Fuerzas Armadas.