OPINIÓN: Yo Campesino / Dios, profeta o Ganso

  • Machuchón de Palacio Nacional, dueño de la verdad (la suya) y sólo su ley vale

Por: Miguel A. Rocha Valencia

*Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de MegaUrbe

Aunque el Mesías tropical mienta todos los días, solape la corrupción de familia, colaboradores, lacayos y criminales, la realidad que él niega porque no la vive, afecta a 126 millones de mexicanos, hasta sus seguidores incondicionales la resienten, pues las dádivas no les alcanzan.

No importa si se cree Dios, profeta de una 4T que ni él entiende, los hechos son irrefutables y se confirman todos los días de manera lapidaria. México no se recuperará a niveles económicos de antes del Peje ni en dos años; a los 75 mil asesinatos de su administración derivados de su mala estrategia anticrimen, se sumarán nuevas masacres y se agregarán muchos más a los cerca de 300 mil que fallecieron por la pésima gestión de la pandemia de SARS-CoV-2.

Posiblemente para 2023 habrá destruido o sometido todas las instituciones democráticas, sojuzgado a los poderes de la unión y el daño estructural del país, sea tan grave que, en vez de mejorar los niveles de vida de los habitantes de este país, se sumen unos cuantos millones más a los ejércitos de miseria o pobreza extrema que se acrecientan todos los días.

En este entorno, el pronóstico del Fondo Monetario Internacional, es que la economía mexicana no regresará a niveles previos a la pandemia ni con el arrastre del crecimiento de Estados Unidos “gracias” a las gansadas de quien despacha en Palacio Nacional, especialmente porque no hay un “sólido apoyo fiscal” y anticipa que “continúa la debilidad de la inversión”.

Peor con las dichosas reformas centralistas en materia energética disfrazadas de nacionalismo que anulan por lo menos inversiones por 45 mil millones de dólares y ponen en riesgo otro tanto de infraestructura ya instalada y que da empleo a millares de mexicanos.

Si eso no fuera suficiente también el ataque a instituciones electorales, que no sólo amenaza con cooptar sino destruir, tiene sus efectos negativos en la economía, en la impunidad criminal e incremento de la corrupción, con sus secuelas de opacidad en la información pública.

Incluso la confrontación social que propicia con sus decisiones, acusaciones, linchamientos mediáticos, muchos de ellos con las más de 45 mil mentiras proferidas en sus mañaneras, nos arrastran hacia abajo. Con el caudillo de Macuspana México no va a recuperarse ni a crecer.

Por el contrario, la destrucción de México que en un tiempo fue considerada como la economía número 13 del mundo, se acelera a cada paso. La pobreza se acrecienta, hay 10 millones más: los números de instituciones serias nacionales e internacionales, ahí están, lo mismo en economía que en salud con 190 mil vidas que pudieron salvarse o en seguridad, donde se acusa al actual régimen por lo menos, ser complaciente con el crimen organizado bajo una política de evitar enfrentamientos.

Y todavía se escandaliza de vídeos que suben comunidades abandonadas que armas a sus niños para defenderse de los criminales, lo mismo en Guerrero, donde se quiere imponer a un borrachín presunto violador, que, en Michoacán, donde los delincuentes asesinan, secuestran personas, comunidades, pueblos enteros, cobran derecho de piso o de tránsito con total impunidad.

Ahí hasta a los militares los desarman, soldados que perdieron la vergüenza cuando se llenó de canonjías y dinero a sus jefes o se les ordenó liberar criminales o bajar y entregar sus armas y con ello el honor militar ante criminales.

Pero el caudillo tabasqueño lo niega, lo mismo que el estratosférico endeudamiento de 1.5 billones más en su administración, las pérdidas de sus proyectos en Pemex, por 900 mil millones de pesos en dos años, el mayor pasivo laboral en CFE, el ecocidio del tren Maya y refinería de dos Bocas, el entierro de 600 mil millones y pérdida de inversiones con la cancelación del NAIM para sustituirlo por una caricatura en Santa Lucía.

Y como se siente Dios, perdona sus propias faltas, se dice impoluto al igual que sus seguidores; se dice mesías al pronosticar un país más igualitario, sí, pero en pobreza y resulta que al final de todo, no es sino un simple Ganso que llegó al poder por la vía democrática, esa misma que hoy intenta destruir para impedir que otros lo logren y se lo disputen.

Llegó con plumaje de ganso demócrata que resultó de ave de rapiña

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