Ernesto Madrid
“No son chatarra…cuando hablan de chatarra, pues tomemos en cuento que estas plantas las más antiguas se construyeron hace 40 años en promedio son 18 años de vida de estas plantas, las más antiguas 40 años, no sé si 18 o 28 años” reviro el presidente Andrés Manuel Obrador a los señalamientos que se han hecho sobre las 16 plantas que compró a Iberdrola.
En los entredichos, dijo que “si nos hubiéramos propuesto construir estas 13 plantas, nos llevaría 10 años, y el plazo terminaría con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quedando como una empresa minoritaria” aunque la realidad es que las plantas no las compró México, así es que no son del Gobierno, ni de los mexicanos y aún está en duda que aumente su capacidad de generación y se disminuyan los precios en las tarifas eléctricas.
Las plantas fueron adquiridas por un fondo privado que se llama Mexican Infrastructure Partners (MIP) que sin duda podría tener un efecto que no se ha visto suficientemente, la reducción en la inversión extranjera directa en el orden de 6 mil millones de dólares que fue lo que se pagó por ellas en donde el gobierno tendría dinero dentro de ese fideicomiso.
No son chatarra y en diez años se recuperará lo invertido pero ¿son del gobierno?
Dicho de otra forma, la reducción de la inversión extranjera estará acompañada de un incremento de la deuda pública en su definición amplia, en la medida que la operación de compra del MIP estará respaldada por el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).
Pero López Obrador ya salió en su defensa en su justificación al señalar que “en términos de mercado, lo que se logró es una disminución del 30 por ciento en el precio a si nosotros hubiéramos construido las plantas, aun considerando su antigüedad”.
Incluso dijo que “este parque de plantas, 13 plantas -12 de ciclo combinado y una eólica- tienen un promedio de vida útil tres veces superior al promedio de vida útil de las plantas de la CFE, son más nuevas que en promedio que las de la CFE” y que la producción energética nacional alcanzará el 65 por ciento el próximo año, gracias a la compra de las 13 plantas de Iberdrola.
Lo cierto es que el presidente López Obrador acoso a Iberdrola, lo encasillo desde que inició su sexenio, lo tenía bajo fuego y jamás se cansó de amenazarlo por considerar que fue empresa “que abusó de México”, y al final la doblo, la compro y la presumió como una nueva nacionalización al sector eléctrico, la duda es sino se convertirá al final en la Agronitrogenados de Lozoya-Peña Nieto, cuando el Gobierno compró una mega planta vieja a precios millonarios, y el asunto terminó en cárcel y escándalo de corrupción?
Vamos, porque como ejemplo está el caso de Segalmex en dónde la Auditoría Superior de la Federación encontró irregularidades por más de 15 mil millones de pesos, lo doble de la llamada ‘estafa maestra’, que se consideraba el mayor atraco en el gobierno de Enrique Peña Nieto en donde por igual está detrás, la mano de la Presidencia de la República.