Ernesto Madrid
La ausencia del Fiscal Alejandro Gertz Manero en la reunión bilateral México Estados Unidos en donde Merrick Garland, fiscal general de Estados Unidos, es decir, la ‘contraparte’ del gabinete de seguridad de Joe Biden si estuvo presente, fue tan sorpresiva, como sospechosa.
La razón contradictoria que argumento el canciller mexicano Marcelo Ebrard es que “el fiscal Gertz tenía una actividad el día de ayer y de hoy (…) no le avisamos a tiempo que venía el fiscal de EU porque decidió incorporarse más tarde, es un tema logístico”, dijo el titular de relaciones exteriores en entrevista con Radio Fórmula.
Pero en los entredichos ya las contradicciones resultan que El Financiero pidió información sobre la agenda del lunes del fiscal Gertz Manero y la respuesta que se recibió es que el funcionario no tenía ningún evento programado.
Y en fondo, la realidad es que todo indica que Estados Unidos lo tiene en la mira si recordamos lo que reveló el periodista Raymundo Riva Palacio en abril del año anterior, ‘que las autoridades estadounidenses estaban investigando al fiscal Gertz Manero, aunque aclaró que “no se tiene claridad sobre qué dependencia o agencia” lleva a cargo la pesquisa’.
“Tampoco se sabe si la indagatoria oficial se le han sumado líneas de investigación a partir de denuncias paralelas, como las presentadas en Estados Unidos en su contra por los hijos de su sobrina política, Alejandra Cuevas”, de acuerdo con el columnista, caso que lo llevó a Gertz a enfrentar al igual contradicciones y abuso de poder.
Lo interesante del caso es que, de acuerdo con aquella información, Alonso Castillo Cuevas, envió en abril de 2022 una carta a senadores estadounidenses acusando al fiscal mexicano de extorsión.
Lo anterior contrasta con la denuncia presentada por dos abogados cercanos al exconsejero jurídico Julio Scherer que han denunciado al titular de la fiscalía general de la República, Alejandro Gertz Manero, por delitos contra la administración de justicia, asociación delictuosa, intimidación y abuso de autoridad.
Estamos hablando de Juan Antonio Araujo y César Omar González que acusan al procurador y a sus funcionarios más allegados, entre ellos el titular de la Subprocuraduría Especializada en Delitos Federales y mano derecha del fiscal, Juan Ramos, de haber montado desde las más altas esferas del poder judicial una trama “sin precedentes en la historia moderna de la justicia mexicana”.
De acuerdo con la denuncia que presentaron los litigantes, Gertz y Ramos instruyeron la causa contra ellos por extorsión y tráfico de influencias a raíz de una acusación del abogado Juan Collado —preso desde 2019—. Según su relato, lo único que perseguía el fiscal con este caso era vengarse de Scherer. El exconsejero jurídico y el procurador se distanciaron en septiembre del 2021, después de que apareciera una publicación en la revista Proceso, de la familia Scherer, sobre una lujosa propiedad de Gertz en un acaudalado barrio.
Lo cierto es que el supuesto hombre más poderos en temas de seguridad no estuvo presente en la reunión bilateral y si estuvieron los cercanos al presidente Obrador del gabiete de seguridad, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad; Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, y José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina en medio de un tema de los apocalípticos que le interesan a los Estados Unidos, el crimen organizado en temas tan delicados como la seguridad o inseguridad que se vive en México y el control de importación de precursores para la fabricación de drogas como el fentanilo.