Por Karina Aguilar Vega*
Habían pasado sólo tres días de un discurso en el que Claudia Sheinbaum resaltó lo que representa ser mujer Presidenta, cuando su mentor y líder moral, Andrés Manuel López Obrador, decidió salir de La Chingada, como se llama su finca en Palenque, Chiapas, como para recordar que quien mantiene unido al Movimiento de Regeneración Nacional es él.
En medio de una crisis en el Gobierno federal, generada por el asesinato del expresidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, por la marcha de la Generación Z, que reclama combate a la inseguridad y la corrupción, el enfrentamiento entre civiles y policías, bloqueos de transportistas y productores del campo, y la reducción del porcentaje de crecimiento económico para 2026, que hizo el Banco de México, López Obrador hizo su reaparición.
Pero no sólo son crisis externas las que rodean a Sheinbaum Pardo, también hay una fuerte división al interior de Morena y aliados, de cara a las elecciones intermedias de 2027, y en las que también se renovarán 16 gubernaturas.
Como sucedía con Andrés Manuel, la elección de candidaturas de Morena, para el gobierno de 16 entidades, sería palomeada por el titular del Ejecutivo; sin embargo, Andy López, hijo del exmandatario federal, ocupa una posición clave al interior de su partido, que le permitirá asignar esas posiciones a quien mejor le convenga para sus intereses.
De las 16 entidades que renovarán gubernaturas, tres no son gobernadas por Morena, por lo que el reto no sólo es mantener las que tiene, sino arrebatar a la oposición estados como Querétaro, Nuevo León y quitar a su aliado, el Partido Verde, el estado de San Luis Potosí.
López Obrador ha demostrado ser muy astuto para las campañas electorales, no en vano participó en seis elecciones, cinco de ellas las perdió, dos compitiendo por la gubernatura de Tabasco y tres por la Presidencia de la República.
Es por ello, que desde ahora, el exmandatario busca recordar a los morenistas quién es el que manda, quién es el que mantiene unido a su movimiento y quién es el que tiene la última palabra en las decisiones de su partido.
No es la unidad del movimiento y el respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum lo que mueve a López Obrador, es mantener el control a través de su hijo en todo el país.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
¿No es lo mismo presumir con discursos que con hechos?, y parece que ese es el caso de la alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez, quien ante el Congreso capitalino dejó más dudas que certezas, y es que aunque habló de ejercicios presupuestales del 83% y 89%, no presentó una sola evidencia de obra en marcha: no hubo planos, proyectos ejecutivos, avances físicos, fotografías ni catálogos de conceptos, lo que alimenta la percepción de que las obras anunciadas no existen o no han iniciado. Por ello, empresarios y ciudadanos están pensando actuar contra la corrupción. No cabe duda que, no es lo mismo ser oposición que gobierno.
@aguilarkarina
*Reportera de la sección México en el diario 24 HORAS. Periodista y columnista con 25 años de experiencia en la cobertura de temas parlamentarios, partidos políticos, elecciones y salud.