Ernesto Madrid
Tras cinco horas de volver a sentirse opositor, el amo y señor de las calles, Andrés Manuel López Obrador logró mover multitudes, respondió a la movilización del pasado 13 de noviembre en defensa del INE y en contra de la reforma electoral del mandatario, mostró su musculo político, definió su gobierno y rechazó la reelección.
“Un chingo y dos montones” dijo Batres sobre los asistentes en su preliminar, contrario a la minimización que hizo de la movilización que realizó la sociedad civil, mientras el mandatario caminaba lento, entre empellones, calor, cansancio y muchas muestras de cariño, de regalos de camisetas de beisbol, sombreros y consignas de “no estás sólo”.
El líder social que por 18 años lucho para llegar a la presidencia, entre ‘Cash’, críticas y ataques opositores demostró que aún sale a las calles, que no está oxidado que pudo caminar hasta el Zócalo capitalino, hasta su Palacio Nacional, dónde habita, donde cada mañana ideologiza a la sociedad con contextos históricos, dice, para que se entienda la realidad.
Ya en el Zócalo y después de rechazar la oferta de subirse a un auto para lograr llegar, lo cual sucedió a la altura del senado, en Reforma, prefiriendo seguir a pie, señaló que en su administración lo que vale es lo cualitativo no lo cuantitativo.
Ni socialista, ni social demócrata; humanista mexicano sin reelección
Ante cerca de 100 mil personas reunidas en el Zócalo dijo que “la política es, entre otras cosas, pensamiento y acción, y aunque cuando lo fundamental son los hechos, no deja de importar cómo definir en el terreno teórico el modelo de gobierno que estamos aplicando; mi propuesta será o sería llamarle ‘humanismo mexicano’”.
Y también en el templete rechazó casi cuando iba iniciar su discurso por los cuatro años de gobierno a los gritos de “¡reelección, reelección!” calmando los ánimos con su respuesta, dura y convincente: “¡No a la reelección, nosotros somos Maderistas, sufragio efectivo, democracia efectiva, no reelección!”.
Acompañado por sus principales ‘corcholatas’ Sehinbaum, Adán Augusto y Ebrard, además de su coordinador de comunicación ciudadana y su esposa, delineo lo que es común en sus mañaneras: “Ma da gusto estar con ustedes, ya saben lo que decía Martí, amor con amor se paga”.
Festejó que la mayoría de participantes fueran jóvenes; “hay relevo generacional”, y destacó los incrementos al salario mínimo, ayudas a madres y estudiantes presumió la relección con el magisterio que es de “respeto y gratitud” y que no ha habido paros en escuelas.
Ni socialista, ni social demócrata; humanista mexicano sin reelección
Sugirió que el incremento al salario mínimo sea del 20% y que lograrse, al finalizar su sexenio habrá un aumento del 100%. Aseguró que su gobierno no ha contratado nueva deuda, no es como antes “cada vez que había una crisis, se contrataba deuda para rescatar a los de arriba, porque decían que, si llovía fuerte arriba, goteaba abajo, como si la riqueza fuese permeable o contagiosa. No, esa es una mentira, un sofisma, se va llenando la copa y ponen otra y nunca se derrama nada, eso también lo decían para justificar a los políticos corruptos: se baña, pero salpica. ¡Al carajo, con todo eso!”, destacó ante la ovación de los presentes.
De hecho, creyó que “No hemos comprado un sólo auto nuevo para ningún miembro del Ejecutivo”, y si se ha hecho una reducción importante del presupuesto de Presidencia. Es más, arengó, su gobierno trabaja para limpiar al ISSSTE de corrupción y rescatarlo del sistema privatizador y habrá calidad en la atención.
Que el programa IMSS-Bienestar se extenderá a todo el país, como ha replicado en sus mañaneras para decir que tendremos un sistema de salud como en Dinamarca. Que habrá fertilizantes gratuitos a dos millones de productores del país, para seguir en la autosuficiencia alimentaria y que su esposa, Beatriz Gutiérrez, no optará por un cargo público, ni siquiera aceptó ser primera dama del país, recordó.
El Rey de las Plazas regreso a las calles, ahora sin Cash para su ‘movimiento’, regreso con el poder del presupuesto público, del dinero de lo mexicanos entre denuncias de acarreos que circularon por todas las redes sociales.
Entre las críticas de la oposición de un “acarreo clientelar que busca ocultar los crecientes problemas del país, como la violencia, el aumento de la pobreza y la falta de empleos bien pagados y de los empresarios “para evitar que los diputados federales emitan un voto que destruya los logros alcanzados por la ciudadanía en materia democrática