Por Erika Solorio
En 1948 desde Estados Unidos se emitió un mensaje claro y fuerte para todo el mundo, que los derechos humanos de las y los migrantes tienen que ser respetados, sin importar su origen de nacimiento; “no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona”, (ONU).
Los principios se basan en la (1948) y otros tratados internacionales. El artículo 30 destaca que, nada ni nadie puede violar nuestros derechos: “Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”.
Los migrantes tienen derechos fundamentalmente relacionados con su dignidad, seguridad y bienestar. Esto incluye el derecho a la vida, a no ser torturado, a servicios de salud, educación y trabajo, entre otros. Lamentablemente pueden ser vulnerables a la violencia, explotación y discriminación.
Sus derechos son de interés y preocupación a nivel mundial, incluyendo en países como Estados Unidos, donde la migración ha sido un tema político y social muy debatido. Ya Donald Trump tomó posesión como presidente de EE.UU.
Migrantes y sus Derechos Humanos – Por el Bien Común – Opinión
Políticas como la separación de familias en la frontera de Estados Unidos han sido objeto de críticas, ya que estas prácticas afectan profundamente el bienestar emocional y físico de las niñas, niños y sus padres.
Diversos tratados internacionales, como la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados (1951), establecen la protección de los derechos de los migrantes y refugiados.
La migración requiere soluciones transversales con el claro respeto a los derechos humanos; necesitamos de las y los especialistas de diversas disciplinas para que elaboren más y mejores programas de gobierno, políticas públicas, leyes, que aborden la problemática desde un conocimiento multidisciplinario.
Abordar el tema desde una perspectiva multifacética que involucre a los países de origen, tránsito y destino puede contribuir a mejorar las condiciones de los migrantes y proteger sus derechos, no solo es una cuestión de justicia social, sino que también contribuye a sociedades más inclusivas y cohesionadas.
La migración es un derecho humano que tenemos todas las personas, libre tránsito, no xenofobia, todas las personas merecemos ser tratados con respeto y dignidad. Sin embargo, constantemente prevalece la incongruencia en el decir y hacer, actuando con toda la conciencia y vulnerando los derechos humanos.
¡Nada ni nadie puede violar nuestros derechos humanos!