México llena los tanques de Cuba mientras Trump hunde submarinos de Maduro: la diplomacia con combustible

• Sheinbaum asegura que enviar petróleo a Cuba es un acto “soberano y humanitario”, aunque en Washington lo leen como una provocación. Mientras México abastece a La Habana, Trump ordena ataques en el Caribe y pone bajo lupa a los aliados del régimen cubano.

Ernesto Madrid

Entre mayo y agosto de 2025, México despachó a Cuba más petróleo que en los dos años anteriores combinados. No fue una confusión de tanques ni una promoción del Buen Fin energético: fue política exterior disfrazada de ayuda humanitaria.

Según una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, el buque Sandino —sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y enlistado en la OFAC por vínculos con el régimen cubano— zarpó desde Coatzacoalcos rumbo a la refinería “Camilo Cienfuegos”, en la isla, con cargamentos cuyo valor supera los 3 mil millones de dólares.

Mientras el sistema de salud mexicano sobrevive con recetas incompletas y las escuelas rurales esperan mantenimiento, el gobierno mexicano decidió surtir combustible a un régimen que ni elecciones libres ni prensa libre conoce. Todo, claro, en nombre de la “soberanía” y la “ayuda humanitaria”.

La respuesta internacional no tardó. El congresista republicano Carlos A. Gimenez acusó a la presidenta Claudia Sheinbaum de “oxigenar a la dictadura asesina en Cuba” y pidió tratar a México como a los regímenes de Venezuela y la propia isla.

“¿Cómo es posible que Sheinbaum esté ayudando a las dictaduras narcoterroristas de la región?”, lanzó Gimenez desde Washington.

El embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma —sí, el mismo que alguna vez trabajó hombro a hombro con Ricardo Salinas Pliego, ahora cruzado fiscal del “pago justo”— respondió con diplomacia patriótica:

“México actúa con base en sus principios tradicionales de política exterior, consagrados en nuestra Constitución”.

El congresista no se dio por aludido y replicó que el gobierno mexicano parece “inspirado en Cuba y Venezuela” por sus “expropiaciones a empresas estadounidenses como Vulcan Materials y L1BRE”.

México llena los tanques de Cuba mientras Trump hunde submarinos de Maduro: la diplomacia con combustible

Mientras tanto, desde Palacio Nacional, Sheinbaum minimizó el conflicto:

“No va a afectar nada. Estados Unidos sabe que México es un país libre, independiente y soberano”.
Explicó que los envíos de diésel a Cuba obedecen a un “esquema de compra-venta” y que México “siempre ayudará humanitariamente a quien lo necesite”. Aunque en los registros comerciales, ese humanitarismo supera los 60 mil millones de pesos.

Pero mientras México presume solidaridad petrolera, Washington envía señales muy distintas. En una rueda de prensa de este viernes, el presidente Donald Trump informó que la embarcación atacada por fuerzas estadounidenses en el Caribe era un submarino cargado de droga, operado desde aguas cercanas a Venezuela, otro de los regímenes afines a Cuba que Sheinbaum evita condenar.

“Atacamos un submarino cargado de drogas, construido específicamente para transportar grandes cantidades de narcóticos”, dijo Trump, flanqueado por su secretario de Estado, Marco Rubio. “No conozco a mucha gente que tenga submarinos, y ese fue un ataque contra criminales, no contra inocentes”.

El mensaje, aunque dirigido a Maduro, resonó en toda la región: Estados Unidos está dispuesto a golpear directamente las redes logísticas que vinculan a los regímenes aliados —y sus rutas de comercio y contrabando— en el Caribe.

Trump incluso reveló que Nicolás Maduro le ofreció “de todo” para evitar confrontaciones, una confesión que exhibe la presión interna dentro del chavismo.

Y como si el guion político lo escribiera Graham Greene, el Miami Herald reportó que la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, junto con su hermano Jorge Rodríguez, presentó a Washington dos propuestas de transición sin Maduro, con mediación de Qatar, para preservar la estabilidad política en Caracas.

En ese contexto, la narrativa mexicana de “ayuda humanitaria” a Cuba suena menos como un acto de soberanía y más como una apuesta riesgosa en medio de un tablero donde los aliados de La Habana —Venezuela incluida— negocian su propia supervivencia con el país que controla el T-MEC.

Sheinbaum insiste en que la relación con Estados Unidos “está muy bien, muy bien”.

Pero entre los buques sancionados, los submarinos hundidos y las dictaduras que ofrecen pactos de transición, el mensaje que llega desde Washington es claro: quien navegue con Cuba y Maduro, podría terminar varado en aguas turbias.

Y, aun así, México sigue cargando el tanque. Con diésel, con discurso y, sobre todo, con soberanía.

@JErnestoMadrid
jeemadrid@gmail.com

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