Mejora la confianza al consumidor, pero la desigualdad permanece

Mejora la confianza al consumidor, pero la desigualdad permanece

Ernesto Madrid

Si bien es cierto que la confianza de los consumidores registró un avance de 0.62 puntos en noviembre de acuerdo con datos Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la desigualdad en América Latina y el Caribe es muy alta y se mantiene por encima de otras regiones advierte este lunes el nuevo Reporte de Economía y Desarrollo (RED2022) de CAF -banco de desarrollo de América Latina.

Según el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) se posicionó en 41.65 unidades, su mayor crecimiento en un año, mejorando las perspectivas, no obstante, en la región, mientras que el 10% más rico se queda con el 55% de los ingresos y el 77% de la riqueza, el 50% más pobre recoge el 10% de los ingresos y tan solo el 1% de la riqueza.

Con base en el reporte titulado ‘Desigualdades heredadas: el rol de las habilidades, el empleo y la riqueza en las oportunidades de nuevas generaciones’ detalla que es persistente y alta la desigualdad que se asienta sobre raíces profundas que implican una transmisión de generación en generación y cuestiona ¿estamos condenados a la pobreza?

Lo anterior porque al analizar las cifras del indicador de confianza en el consumidor señala que, en su comparación anual, la confianza cayó 4.24% su sexto mes consecutivo con pérdidas y su mayor retroceso desde febrero del 2021.

Mejora la confianza al consumidor, pero la desigualdad permanece

Además, en los indicadores complementarios, se aprecia que la percepción de las y los consumidores respecto al comportamiento de los precios en los próximos meses aumentó 1.3 unidades, es decir, que los hogares consideran que los precios disminuirán o aumentarán menos en los próximos 12 meses.

Al respecto, el informe del CAF -banco de desarrollo de América Latina, precisa que la falta de oportunidades para formar capital humano, obtener buenos empleos en los mercados laborales y acumular activos son factores claves detrás de la conexión intergeneracional de las desigualdades.

Incluso el reporte presenta abundante evidencia que indica que en América Latina y el Caribe las oportunidades en estos tres ámbitos se distribuyen de manera muy dispareja entre personas provenientes de familias de diferentes niveles socioeconómicos.

“La escasa movilidad social es un problema importante para América Latina y el Caribe. Y lo es no solo por sus consecuencias sobre la equidad, sino también por su impacto en otros componentes centrales del desarrollo económico, como el crecimiento y la estabilidad político-institucional”, advierte.

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