Ernesto Madrid
En la semana el peso mexicano ha registrado una notable debilidad frente al dólar, alcanzando niveles de hasta $17.40 pesos por divisa americana que mucho tiene que ver por la serie de reacciones a la degradación de la deuda pública norteamericana por parte de Fitch y que podría ampliarse por un menor diferencial entre las tasas de interés de México contra las tasas americanas por lo que se advierte que el Banco de México no tomará aún la determinación de bajarlas el próximo jueves.
Contrario a lo que han planteado lo arribistas de Morena y muchos políticos que no conocen de estos manejos financieros afines al gobierno de la 4T, la realidad del caso es que nada tiene que ver con la políticas económicas que está tomando el inquilino de Palacio Nacional y su equipo de Hacienda encabezado por el acorralado Rogelio Ramírez, pero tampoco hay indicios de que el peso mexicano se vaya a derrumbar ya que los factores fundamentales que condujeron a la apreciación del peso o el debilitamiento del dólar no han cambiado en lo fundamental.
La realidad es que ante el incremento en la volatilidad que se presentó en todos los activos de inversión, la mayor aversión al riesgo ha fortalecido al dólar contra el resto del mundo, afectando principalmente a monedas que lucen adelantadas en el acumulado del año como el peso mexicano, el cual llegó acumular una apreciación de hasta 14.5% a fechas recientes.
A pesar de la pérdida del peso mexicano mostrada en la semana, continúa siendo la segunda divisa más apreciada frente al dólar en el acumulado del año, solamente superada por el peso colombiano, el cual se ha apreciado un 17% pero técnicamente el peso se ubica en una zona de resistencia (techo), la cual de superar al alza los $17.40 podría continuar su movimiento ascendente hacia los $18.0 pesos por dólar.
En la última encuesta Citibanamex, el estimado promedio del consenso para cierre de año 2023 se ubica en $18.0 y para 2024 en $19.05 pero, reitero, el principal factor que podría detonar una mayor debilidad en el peso mexicano es una disminución en el “carry trade”, es decir, un menor diferencial entre las tasas locales contra las tasas americanas.
Ante esto, la política monetaria tendrá que seguir siendo restrictiva por ocho trimestres a partir del último del año pasado que hasta el momento suman tres y faltarían cinco, por lo que la tasas podrían comenzar a bajar, quizás el 9 de noviembre o hasta el 14 de diciembre.