Ernesto Madrid
El fiscal de Morelos Uriel Carmona solo fue el instrumento político de la 4T para abrirle a Cuauhtémoc Blanco la oportunidad de conseguir impunidad con un escaño en el senado de la República, ante las supuestas diez carpetas de investigación en contra del gobernador por vínculos con grupos criminales, escándalos de corrupción e incluso acoso y agresión sexual.
La estrategia manipulada desde el gobierno federal con el aval del presidente López Obrador y utilizado como medio al gobierno de la Ciudad de México y la fiscal Ernestina Godoy es decir, fiscal contra fiscal (ambos con fuero) defendiendo a un gobernador como Cuauhtémoc Blanco, que no ha hecho otra cosa que incrementar la inseguridad, extender su brazos de corrupción y proteger sus intereses, con influyentismo y nepotismo que lo ha colocan como el gobernador peor evaluado de México (a finales del año pasado su aprobación era de 18%).
Lo cierto es que este martes se reunió con el líder nacional del Morena Mario Delgado para definir si renuncia o pide licencia en donde de antemano se sabe que no tiene ninguna posibilidad de ganar, pero sí de convertirse en un obstáculo para restarle puntos al oponente de la coordinadora de defensa de la cuarta transformación, Omar García Harfuch que se asegura este miércoles se destapará como uno de los precandidatos para el gobierno de la CDMX junto con Clara Brugada.
Dicho de otra forma, la jugada es que Cuauhtémoc solo funciona en la capital del país como bisagra del ala radical de Morena, el cual apoya las aspiraciones de Clara Brugada, que el mes pasado se reunió con el presidente López Obrador para meter más participantes electorales que dividan y jueguen con el voto para que al final de la contienda interna realicen declinaciones y Blanco sólo gane una plurinominal en el senado con el fuero que esto le otorga.
Lo anterior porque la jugada de las ‘corcholatas’ en la CDMX apunta a que será entre la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada –apuesta de los ultras de Morena y la 4T–, el exsecretario de Seguridad, Omar García y quizás el presidente de Morena, Mario Delgado, quien recibió la “bendición” de Sheinbaum al pasado fin de semana y a Blanco lo quieren subir los “ultras” para quitarle votos a García Harfuch y transferirlos a Brugada.
La bisagra de Cuauhtémoc Blanco para Morena en la CDMX
Lo cierto es que el propio López Obrador analizan en Morelos que quizás corresponda a un perfil femenino en dónde se quedaría otra vez con las ganas Rabindranath Salazar y se postularía a la senadora Lucía Meza Guzmán o a la exdirectora de la Lotería Nacional Margarita González Saravia ya que la negociación sería que Cuauhtémoc Blanco no tenga opción de elegir a su sucesor por eso le quitaron del camino al fiscal Uriel Carmona, petición hecha por el gobernador al propio presidente en 2020 bajo el argumento de que seguía protegiendo a Graco Ramírez, enemigo político del presidente.
Lo coincidente del caso es que mientras Cuauhtémoc Blanco, anunciaba que pedíría licencia para competir por la candidatura de Morena en la Ciudad de México ese mismo día se volvía a detener al funcionario morelense con otra carpeta de investigación enviada por las autoridades del propio Blanco la cual, de acuerdo con el columnista de El Universal Héctor de Mauleon en su columna ‘Un enemigo del régimen’ precisa que toda la operación fue operada por la autoridades morelenses, en “una persecución en donde no hay reparo de violentar las leyes”.
Por eso el abogado particular de Carmona Gabriel Regino advirtió que no tiene ninguna confianza en las instituciones del estado, menos en el Poder Judicial “porque estamos en un secuestro político, y puedo vaticinar que será vinculado a proceso aunque la FGR no cuente con pruebas para procesarlo.
Al final, lo que el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto habría revelado en una “mañanera” que en Morelos había una red de lavado de dinero en la que estaba implicado José Manuel Sanz representante y operador de Cuauhtémoc Blanco que había recibido financiamiento para su campaña, con los tres líderes criminales con los que había salido retratado, no próspero y si fue acusado Nieto por el licenciado Coello Trejo de perseguir políticamente a los incómodos al sistema, y de paso, enriquecerse.
Habrá que ver si Santiago Nieto es medido con la misma vara que están midiendo al fiscal Uriel Carmona pese a que todo parece indicar, traicionó al Presidente, y se dedicó a perseguir hasta a los propios morenistas.