Por Óscar Sánchez Márquez
Por diversos puntos de la ciudad de México han comenzado a aparecer en paredes y mobiliario urbano mensajes alusivos a una eventual candidatura a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México favorables a Clara Brugada, la actual alcaldesa de Iztapalapa, un territorio en donde habitan poco más de 1.8 millones de personas y que cuenta con un padrón electoral de 1 millón 459 mil 559 potenciales electores.
Iztapalapa es la segunda alcaldía más poblada a nivel nacional; está por debajo de Tijuana y una de las demarcaciones con mayor nivel de participación electoral, de ahí que todos los partidos políticos lo consideren un auténtico banco de votos electorales. Durante décadas el PRI de la Ciudad de México trató a Iztapalapa como la “joya de la corona”, porque le garantizaba el triunfo.
Los sufragios que se obtienen en ese territorio en una contienda federal, y aún más en una elección presidencial, representa definitivamente la diferencia entre un triunfo o una derrota.
Iztapalapa, el banco de votos – Opinión
Los clásicos dicen que en política no hay casualidades y justo cuando la actual secretaria federal de Seguridad, Rosa Isela Rodríguez, hizo pública su declinación a cualquier cargo de elección en el 2024, no obstante que se mencionaba con gran insistencia en que sería una aspirante a la candidatura al Gobierno de la Ciudad de México, los reflectores comenzaron a enfocar a la alcaldesa de Iztapalapa.
Meses antes otro posible aspirante al cargo de jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el titular de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, expresó su intención de mantener su apoyo incondicional a la actual jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, quien ya era mencionada, como ahora, como la favorita del presidente López Obrador para sucederlo en el cargo. El nombre del jefe de la policía capitalina no se descarta del todo, pero se le ve ya como pieza clave del “sheinbauismo”.
Despejado en cierta forma el camino, todo apunta a que la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, tiene mayores posibilidades de ser la abanderada de Morena en la contienda del 2024 pero no de a gratis, es decir, no se trataría de una concesión personal, sino parte de un proceso que comenzó con el apoyo presupuestal del gobierno federal y el respaldo político, sobre todo, del gobierno de la Ciudad de México, lo que ha dado como resultado una auténtica trasformación social, política y cultural de Iztapalapa en los últimos seis años.
Iztapalapa, el banco de votos – Opinión
Hay una reconstrucción del tejido social por medio del reforzamiento de los vínculos familiares con permanentes actividades sociales, educativas, culturales y deportivas, para lo cual han tenido que abrir espacios y rehabilitar otros que estaban en manos de la delincuencia.
Algunos datos apuntalan este planteamiento, el de llevar a Brugada al Antiguo Palacio del Ayuntamiento, como parte de un plan estratégico, que ha resultado quizá mejor de lo que se esperaba dado el carácter de bastión de votos para MORENA, ya que ello les permitiría no sólo un triunfo en la elección presidencial y obtener las seis diputaciones federales que están dentro de ese territorio, sino para arrasar y con ello demostrar la fortaleza del movimiento de la 4t, como lo demanda el presidente López Obrador.
Algunas de las principales obras públicas emblemáticas a nivel de la CDMX han ocurrido en Iztapalapa: La construcción del tren elevado que conecta a millones de habitantes del oriente del oriente de la CDMX con la zona centro de la Ciudad; el tren elevado, una moderna obra de transporte público eléctrico que trazó una nueva ruta para ligar amplias zonas del sur y oriente de la Ciudad con el centro de Iztapalapa y su interconexión con el resto de la capital del país.
En los hechos, Iztapalapa es el nuevo centro neurálgico de la interconexión del transporte público porque finalmente se hizo posible crear un nodo en el que convergen una línea B del Metro, el Tren Elevado o teleférico y el Tren Eléctrico, lo que en su momento se pensó para las zonas de Pantitlán, Zaragoza, Observatorio, Tacubaya y Cuatro Caminos.
En lo político electoral, surgen datos interesantes que apuntalan a Clara Brugada como seria aspirante, dado los resultados de transformación social y política de esa demarcación.
Iztapalapa, el banco de votos – Opinión
La actual alcaldesa ganó en la elección del 2021 con más del 57 por ciento de votos, dejando a sus más cercana adversaria, Teresa Curiel, con un 29 por ciento, es decir una diferencia de 28 puntos porcentuales. No solo eso, en Iztapalapa, con una alta densidad poblacional, habita una población considerable de adultos mayores quienes, de acuerdo con la información del INE, registran una alta participación en las urnas, de alrededor del 45 por ciento.
Los apoyos económicos a adultos mayores, la creación de zonas de recreación y esparcimiento familiar, como la remodelación del Parque Cuitláhuac, y la implementación de los llamados “senderos Seguros”, que consistió en colocar alumbrado en casi todos los rincones de la demarcación cambiando el rostro de zonas inseguras por otras ampliamente iluminadas y por tanto con mayor movimiento, generan incentivos a la población votante, en especial a ese 45 por ciento de adultos mayores que ven en López Obrador su principal benefactor social y económico.
Hace unas semanas el líder de MORENA en la Ciudad de México, Sebastián Ramírez estuvo en Iztapalapa para la instalación de comités de defensa de la llamada 4T, y ahí pidió a toda la base social morenista hicieran un pacto con él, que consiste en lograr una votación histórica en la elección del 2024, para obtener 750 mil votos.
Iztapalapa, el banco de votos – Opinión
Hay estados que tienen una lista total de posibles electores mucho menor al listado nominal de Iztapalapa: Por ejemplo, Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Colima y Nayarit, tienen, en promedio, una población equivalente a la mitad de la del total de Iztapalapa, de ahí la importancia político-electoral de ese territorio
Vale la pena señalar que si bien Clara Brugada se coloca como una de las aspirantes más solidas para gobernar la Ciudad de México, con una trayectoria como funcionaria del gobierno de la ciudad, diputada local, diputada federal, una elección como jefa delegación y dos periodos como alcaldesa, incluida una reelección, todo lo realizado puede cambiar si desde Palacio Nacional se decide explorar vías alternas y emergentes, como la de Ricardo Monreal Ávila, a quien se le pagaría su lealtad al presidente de la República con la candidatura a la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México.