El nuevo embajador de EU – Opinión

El nuevo embajador de EU - Opinión

Por Óscar Sánchez Márquez

Ken Salazar es ya oficialmente el Embajador del gobierno de los Estados Unidos en México. Para ambas naciones la relación diplomática  es más que el protocolo  y un buen entendimiento, es, en realidad, una alianza estratégica, indisoluble y potencialmente interdependiente.

El nuevo embajador norteamericano lleva su hispanidad en la sangre, no solo en la política. Sus ancestros habitaron el Valle de San Luis, Colorado, cuando ese territorio era todavía mexicano. Él es descendiente de españoles en quinta generación. Nacido en Estados Unidos, se define como mexicoamericano.

Un gesto para con el pueblo que lo recibe fue el que realizó el embajador la tarde del pasado domingo.  Luego de  escuchar misa en la Basílica de Guadalupe y orar por el bien de su país y México,  realizó un recorrido por  sitios emblemáticos de la historia antigua y contemporánea del país.  

Visitó la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco; el Monumento a la Revolución, donde recorrió el Museo dentro de ese recinto, y acudió al Panteón de San Fernando, en la zona de San Cosme y el Eje Uno Poniente, en el centro de la Ciudad, en donde visitó la tumba del Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García.

Altamente significativo el mensaje que emitió al referirse al Benemérito de las Américas, de quien dijo: “tuvo un destacado papel en la formación de la nación” mexicana.

Ken Salazar sabe de la admiración, reconocimiento y respeto que profesa el presidente Andrés Manuel López Obrador al presidente Benito Juárez. Honrar la memoria del oaxaqueño no fue casualidad fue un gesto político., pero sobre todo diplomático.

Postulado y aprobado como diplomático, Salazar es un demócrata muy cercano al presidente Joe Biden, quien lo ha designado representante de su gobierno ante la nación mexicana no solo por su ascendencia hispana, sino por su alto compromiso y, sobre todo, sensibilidad por la migración, que representa una de las grandes realidades de los Estados Unidos y de México.

Kennet Lee Salazar, sido una figura importante en la política norteamericana en los sectores de migración y energía.

Es por esa amplia experiencia que ha sido enviado a México a liderar una de las etapas más complejas en la relación México-Estados Unidos.

La afinidad que había entre López Obrador y el ahora expresidente Donald Trump significa un desafío en la nueva gestión de Joe Biden. Hoy la relación bilateral no es excelente ni está en su mejor momento, sin embargo, se ha caracterizado, hasta ahora, por un tono respetuoso, con gestos políticos, económicos y sociales muy significativos.

Sin embargo, Ken Salazar tiene ya su primera gran misión diplomática en nuestro país: descifrar de manera objetiva y práctica el discurso de López Obrador, ayer en el Zócalo de la Ciudad, en el marco del desfile militar por el Aniversario de la Independencia de México. AMLO pidió a Estados Unidos terminar con el bloque económico en contra de Cuba.

Y el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, lanzó una fuerte crítica contra el gobierno de Estados Unidos, como era de esperarse.

¿Qué significado tiene el mensaje de ambos y la presencia del presidente cubano en la conmemoración de Independencia de México? ¿Cómo tomará EU el mensaje de AMLO y la petición que ha hecho? ¿Pasará por alto el inquilino de la Casa Blanca ese encuentro político-diplomático en momentos clave en que se buscas un encuentro personal entre los presidentes de ambas naciones?

Pronto, sin duda muy pronto, los mexicanos y el Gobierno Federal, tendremos las respuestas a estas interrogantes.

En momentos en que la relación México-EU adquiere una mayor interdependencia, como vecinos y socios comerciales, la llegada de un hombre sensible a sus orígenes, respetuoso de su historia, comprometido con su comunidad y determinante en la búsqueda de mejores condiciones de vida para originarios, residentes y migrantes, como lo es Ken Salazar, el arribo de éste a nuestro país, el hombre del sombrero vaquero como se le conoce, marcará un nuevo tono en la relación.

Joe Biden tiene la sartén por el mango. Pero López Obrador es recalcitrante en su postura contra la presión y el chantaje.

 

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