Por Óscar Sánchez Márquez
Jeff Bezos, el magnate norteamericano, dueño de Amazon, nos tiene literalmente comiendo de la palama de su mano.
Este empresario nacido en Nuevo México es uno de los pocos hombres del planeta a quien la pandemia mundial de COVID 19 le ha hecho literalmente los mandados al generarle ganancias multimillonarias, Impensables, en muy poco tiempo.
Su fortuna personal y las finanzas de la tienda en línea más grande del mundo lo han catapultado conforme avanza la pandemia. De hecho, cada día que pasa y el mundo se ve obligado a mantener el confinamiento o distancia social, este hombre se hace más y más multimillonario. Adicionalmente influye en el cambio de comportamiento de una gran parte de la humanidad.
Respecto a que la pandemia le hace los mandados, no es una frase suelta, sino que está plenamente documentada, dólar por dólar para ser más exacto.
Mucho se habla, por ejemplo, de que el mundo cambio y que después de la pandemia del SAR-COV2 ya nada será igual.
En esta pequeña proyección, pero de gran trascendencia en el mundo actual, radica la clave de por qué Bezos, ya de por sí multimillonario, hoy es aún más rico aun precisamente porque el cambio del estilo y forma de vida de todo el mundo pasa por su tienda en línea y por sus bolsillos.
Veamos.
De acuerdo con un reporte financiero hecho público hace unas horas, la principal empresa de Jeff Bezos, es decir Amazon, se convirtió en la compañía de mayores ganancias a nivel mundial, precisamente porque estuvo ahí, en el momento adecuado, con el servicio o producto adecuado, en las circunstancias adecuadas.
En la actualidad 200 millones de personas alrededor del mundo, como usted o yo, son miembros premium de Amazon, es decir la categoría que permite el envío sin costo de sus compras y acceso a ofertas, promociones y a productos de última generación.
Ese universo de personas, que supera la población de México, Canadá y que abarcaría a la mayor parte de España, por citar algunos países, paga a Amazon el equivalente a 13 dólares mensuales o 119 anuales.
Tan solo en los primeros tres meses de este año, según reporta TNY, la tienda en línea de Bezos generó ventas del orden de los 108 mil 500 millones de dólares, es decir, un 44 por ciento más que en el mismo periodo del 2020.
La pandemia, el encierro forzoso y los cambios de paradigma en el estilo de vida de millones y millones de personas, detonaron ese crecimiento de ventas en línea, desde un cepillo de dientes, la despensa semanal, el lápiz labial o incluso la pizza del fin de semana.
Si estos números son de locos, hay que agregar que las ganancias netas del empresario norteamericano fueron por 8 mil 100 millones de dólares, es decir, 220 por ciento más respecto al mismo periodo del año pasado.
Armadoras, constructoras, empresas turísticas, fabricas textiles grandes tiendas departamentales, se fueron a la quiebra en ese mismo lapso. La tienda de Bezos, por el contrario, creció y sigue creciendo.
Bezos no se lleva solo la ganancia, sino sus acciones, cuyo valor de cada título subió en ese mismo periodo un 5 por ciento. Esta ola comercial en línea y ese mar de derrama económica provocó también el arrastre positivo de un 64 por ciento de todos los comercios y vendedores que anuncian sus productos en Amazon, ya que todos ellos generaron ventas por 23 mil 700 millones de dólares respecto al mismo periodo del año pasado.
Amazon le vende, y muy bien, a los 200 millones de abonados con la tarjeta premium, pero tiene otro universo paralelo de compradores, lo que no tienen esa categoría, pero igual realizan compras o se anuncian en esa super tienda en línea
Como podemos observar Bezos ha sido uno de esos hombres, poquísimos sobre la faz de la tierra, a quienes la pandemia de coronavirus les resultó altamente positiva, otros en la lista son Mark Zuckerberg, de Facebook; Larry Page y Sergey Brin, de Google; y Jack Patrick Dorsey, de Twitter, entre otros.
Esta historia, sin embargo, no se trata de la suerte que le sonríe a Jeff Bezos, ni de su gran fortuna, sino de cómo, sin darnos cuenta, el mundo cambio tan rápido que no nos dimos cuenta, y seguirá cambiando.
Las compras en línea representan la otra forma de ver y entender el mundo, un mundo cada vez más virtual, en donde ir al cine, hacer las compras en el super, comprar tu libro o audiolibro favorito, comprar la cerveza o adquirir tus pantalones favoritos o el perfume de tu agrado, ya no será, como en el pasado, cosa de filas, tráfico y empleadas malhumoradas, sino de tenerlo a un clic de distancia, con Amazon y Jeff Bezos, u otros, atendiendo tus nuevas formas y estilos de vida.
Así es. El mundo ya cambió.