Por Karina Aguilar Vega
Retrasos en vuelos, cancelación de operaciones, inundación de pistas, largas filas en migración, incidentes en aterrizajes y despegues, inundaciones en salas de espera, es lo que se registra todos los días en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Y por si faltara algo, este fin de semana de manera inimaginable cayó un rayo en la torre de control, dejándola sin electricidad y sin comunicación.
Como parte del protocolo de emergencia, los vuelos que tenían como destino aterrizar en la capital del país, tuvieron que ser desviados a otros aeropuertos “cercanos” a la Ciudad de México; mientras que por más de 40 minutos, los despegues fueron cancelados, lo que ocasionó retraso y mayor caos en la terminal aérea.
Este incidente no es aislado, se suma al ocurrido en julio de este año cuando, de acuerdo con información oficial, un avión se encontraba estacionado en una pista para despegar y al mismo tiempo iba a aterrizar otro vuelo, que al darse cuenta que la pista estaba ocupada, se volvió a elevar.
Los argumentos para justificar el colapso en la torre de control y la falta de información sobre las causas que ocasionaron el incidente en julio, revelan la inepta administración del aeropuerto más importante y transitado del país.
De acuerdo con cifras oficiales de enero a agosto de este año el Aeropuerto Benito Juárez ha movilizado a 29.6 millones de pasajeros y ha tenido más de 209 mil operaciones.
El capricho del expresidente de México para cancelar el nuevo aeropuerto en Texcoco, está afectando severamente la operatividad de las terminales uno y dos del aeropuerto capitalino, aunado a una inconformidad de los trabajadores de tierra y controladores aéreos.
Los integrantes del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo han denunciado la falta de personal y han declarado que están trabajando bajo protesta.
En este caso como en muchos otros en el país, la falta de presupuesto es lo que evita la contratación de más personal, tener tecnología de punta y dar un mantenimiento adecuado, toda vez que para este año el Congreso le asignó al Aeropuerto 448.8 millones de pesos para mantenimiento básico de infraestructura y 62.1 millones de pesos para estudios de preinversión, pero insuficiente para la transformación de las terminales que llevan años en crisis.
La cancelación de la nueva terminal aérea está saliendo muy cara y por más que inviertan en obras secundarias para hacer funcional el Aeropuerto Felipe Ángeles, lo cierto es que, hasta ahora no ha logrado despegar, y desde 2022 a la fecha sólo ha tenido 14.5 millones de pasajeros.
El próximo año México será sede del Mundial de Futbol y no se aprecian, en el corto plazo, acciones que eviten el colapso del aeropuerto capitalino por la llegada de miles de turistas de todo el mundo; no cabe duda que las decisiones viscerales y sin opiniones técnicas, salen caras.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
¿Hasta dónde estirará Adán Augusto López Hernández el velo protector de Palenque para evitar quedarse sin fuero?
@aguilarkarina
Fuente: 24 Horas