Ernesto Madrid
Detrás de la preocupación de los inversionistas está el resultado electoral, ya que habilita a Morena y aliados para modificar la constitución por lo que los mercados financieros y el comportamiento del peso frente al dólar, (que, hasta ahora, sólo beneficia a los exportadores del país) siguen reaccionado negativamente al ‘supuesto’ aumento del riesgo político.
Aunado a lo anterior, y como se ha expandido en las redes sociales, Andrés Manuel López Obrador “no va a dejar de mandar cuando se vaya a su rancho en Palenque. Simplemente va a empezar a experimentar el home-office”, lo que se advierte, como una manera de seguir impulsando sus 20 reformas, que no se harán, como ya quedo aclarado, todas en septiembre, serán cinco, (dos propuestas por López Obrador y tres agregadas por la virtual presidenta, Claudia Sheinbaum), en lo inmediato.
Lo delicado es que la ineludible será la reforma al Poder Judicial de la Federación con el atenuante de que el exministro Arturo Záldivar dijo que la próxima presidenta de México está abierta al diálogo, por lo que primero buscará abrir un debate sobre la reforma al Poder Judicial y, si lo ve necesario, realizar ajustes.
“Si hay razones de peso, se pueden hacer ajustes. Hay apertura para analizar (…) y claro que se pueden hacer ajustes, sino no tendría caso abrir una consulta, abrir un diálogo”, aseguró en entrevista con Ciro Gómez Leyva el exministro, quien además asesora a Sheinbaum en esta propuesta.
Las otras que están en puerta son, una reforma al ISSSTE, que no es constitucional sino de ley secundaria, para mejorar las pensiones para los maestros; tercera, una reforma constitucional para prohibir la reelección de los legisladores; cuarta, la que da apoyos a mujeres de 60 a 64 años, y una más para otorgar becas en educación básica, están dos últimas propuestas por Sheinbaum en campaña.
El tema que interesa es la del Poder Judicial que, entre otras cosas, contempla que los ministros, jueces e integrantes del Poder Judicial podrían ser sancionados por un Tribunal de Disciplina Judicial, que se crearía si se aprueba la iniciativa que envió López Obrador, el pasado 5 de febrero, junto con otros 17 proyectos de reformas constitucionales.
Lo cierto es que el diablo está en los detalles ya el proyecto del dictamen de la Comisión de Puntos Legislativos señala que las decisiones de este órgano del Poder Judicial de la Federación “serán definitivas e inatacables y, por lo tanto, no procede juicio ni recurso alguno en contra de éstas”.
Son razones por las que, los analistas de Citibanamex ven en ello el riesgo que, de aprobarse, “esas reformas conducirían al país por una senda de debilitamiento institucional, eliminaría controles y contrapesos y avanzaría el proceso de centralización política”.
Además, advierten que mientras persista esa incertidumbre -que, hasta ahora, no han podido sacudir- “es más difícil prever escenarios macroeconómicos, por lo que la reacción de mercado sugiere que la perspectiva de esa proyección podría disuadir la inversión y, por lo tanto, debilitar la estabilidad macro y la perspectiva de crecimiento”.
Lo delicado es que, las palabras de López Obrador siembran ese ‘nerviosismo’ que niega y que se podría traducirse en ese “error de septiembre” como señala Citibanamex y que “afectaría la percepción de certidumbre jurídica y de política pública en el país pese al llamado de Sheinbaum a la cautelade.
“No tiene por qué haber preocupaciones, ni de los inversionistas” ni de nadie, porque seguirá la estabilidad en México y de además dijo sé que propondrá “que se haga una encuesta de qué opina el pueblo de México” para conocer su postura del Poder Judicial, contemplando el trabajo de home office que realizará AMLO desde Palenque.