*El caso de Maha Schekaibán y su ex esposo Bernardo Vogel son una muestra de que la justicia en México está capturada por intereses patriarcales y económicos, lo que dificulta la protección de las víctimas.
Erika Rosete / El País
Desde que Maha Schekaibán, madre de cinco hijos, denunció a su exesposo, Bernardo Vogel, por violencia física y vicaria, su vida se transformó en un proceso judicial interminable. La denuncia fue interpuesta hace casi dos años, y a lo largo de este tiempo, Schekaibán enfrentó la revictimización y el alejamiento de sus hijos.
A pesar de sus esfuerzos, 13 audiencias iniciales fueron canceladas, lo que ella consideró un estancamiento sospechoso de su causa. La última suspensión ocurrió el 11 de septiembre, cuando la defensa de Vogel solicitó una audiencia de nulidad para invalidar pruebas clave.
En contraste, la denuncia penal que su exesposo interpuso en julio del año pasado contra ella por violencia familiar avanzó rápidamente. La Fiscalía solicitó 36 años de cárcel contra Maha, y un juez la vinculó a proceso. La abogada defensora de Schekaibán afirmó que había una estrategia sistemática de evasión de la justicia por parte de Vogel. Mientras tanto, la causa por violencia vicaria también sufrió su primera audiencia cancelada, lo que dejó a Maha en una situación legal precaria.

El calvario judicial de Maha Schekaibán / El País
Maha y Bernardo, quienes estuvieron casados durante 18 años, vivieron en Estados Unidos antes de regresar a México. Durante su matrimonio, Maha se dedicó a la crianza de sus hijos, pero desde hace 20 meses, una orden judicial le impide tener contacto con ellos, limitando sus visitas a encuentros supervisados. Maha denunció que su expareja ejerció control, violencia económica y psicológica a lo largo de su relación, y que su situación se agravó tras expresar su intención de divorciarse en agosto de 2023.
Schekaibán ha denunciado la existencia de una compleja estructura de poder en Ciudad de México que protege a los agresores y silencia a las víctimas. Aseguró que su caso no es aislado, ya que otras mujeres han enfrentado situaciones similares, siendo perseguidas legalmente tras denunciar violencia por parte de hombres con poder económico y político. La abogada Ana Katiria Suárez, quien representa a varias de estas mujeres, también ha sido objeto de ataques legales y mediáticos.
Maha Schekaibán decidió hacer público su caso por temor a ser víctima de feminicidio, afirmando que su visibilidad la ha salvado de amenazas.
La importancia de la situación de este caso es que refleja un patrón preocupante en el sistema judicial mexicano, donde las mujeres que denuncian violencia enfrentan una doble victimización. La abogada Suárez declaró que la justicia en México está capturada por intereses patriarcales y económicos, lo que dificulta la protección de las víctimas.
Fuente: EL PAÍS