Por: Ernesto Madrid
Al mejorar su pronóstico de la economía mexicana para este año al colocarlo en 9.3% desde el 12.8% previo que había anunciado, el Banco de México (Banxico) actualizó sus previsiones sobre el comportamiento de la contracción para nuestro país.
Las nuevas actualizaciones, publicadas en el Informe trimestral julio-septiembre, sustituyen los escenarios presentados por el Banxico en sus informes anteriores, donde exponía una recuperación en tipo ‘V”, ‘V’ profunda y ‘U’ profunda.
Los efectos de la pandemia de COVID-19 llevarían al país a experimentar una caída económica no vista desde 1932, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo más de 14 por ciento, de acuerdo con el documento ‘Series estadísticas de la economía mexicana en el siglo XX’ de la Facultad de Economía de la UNAM, donde advierte que pudo haber sido peor.
El Banco Central estima que en el mejor escenario, la caída de la economía será de 8.7 por ciento, para finales del presente año.
Aclaró que estas actualizaciones se dan a conocer después de que la economía de México registró un ‘rebote’ de 12 por ciento en el tercer trimestre del año con respecto al trimestre anterior, de acuerdo con la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), apoyado en las actividades terciarias.
A esto, dice el documento, hay que sumarle una desaceleración económica en los meses recientes, derivada del repunte en los casos de COVID-19 y las preocupaciones, locales y globales, respecto a dicho rebrote.
Desde junio, el Gobierno ha realizado una reapertura de actividades económicas no esenciales que habían permanecido inactivas entre marzo y mayo, durante la Jornada Nacional de Sana Distancia, lo cual impulso la economía.
“La contracción económica en abril y mayo fue súbita, profunda y sincronizada entre los distintos sectores de actividad. La reapertura de actividades y el impulso de la demanda externa han propiciado desde junio una recuperación parcial y heterogénea”.
En este contexto, destacó el dato reciente en el récord histórico de generación de empleos observado en octubre, cuando se crearon 200 mil 641 puestos, una cifra nunca vista en los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Este índice ya hiló tres meses con alzas (más de 92 mil puestos en agosto y casi 114 mil en septiembre), aunque se da después de que la pandemia y sus efectos eliminaron más de un millón 100 mil empleos formales.
No obstante, la continuación del alza de la economía mexicana dependerá de una de las herramientas que ayudará a frenar el avance de la pandemia de COVID-19: Las vacunas.
Al respecto hay que destacar que este mes, Pfizer, Moderna y AstraZeneca anunciaron los resultados de los ensayos de sus dosis contra el coronavirus: las empresas estadounidenses alcanzaron una efectividad cercana a 95 por ciento, mientras que la inyección de compañía británica fue 70 por ciento eficaz, sin embargo la primera está más cercana de arribar al país.
México, a través de las secretarías de Salud y de Relaciones Exteriores, cerró en octubre acuerdos de precompra con Pfizer y AstraZeneca por hasta 34.4 y 77.4 millones de dosis en vista de que las vacunas de estas empresas necesitan un régimen de dos dosis por persona.
En paralelo, el Gobierno federal también tiene garantizado el acceso a la dosis de Moderna gracias a un anticipo de 180 millones de dólares pagado al mecanismo COVAX, por el que podrá acceder a las dosis necesarias para inmunizar a 20 por ciento de la población.
Para el 2021, el Banco Central prevé que, en el mejor escenario, la economía de México crecerá 5.3 por ciento mientras que en el escenario central, la estimación es de 3.3% y por el contrario el peor advierte un avance de solo 0.6% del PIB.
En torno al empleo Banxico mejoró sus perspectivas ya que ahora estima que se perderán entre 700 mil y 850 mil trabajos en México.
En su informe trimestral previo, el Banco Central estimaba que la pérdida de empleo rondaría entre los 750 mil y un millón 100 mil puestos.
En torno a la inflación, también anunció una actualización a la baja, pues para Banxico calcula que termine este año en 3.6 por ciento.
La institución pronosticó en su reporte anterior que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) cerraría 2020 en 3.7 por ciento.
En la cuenta corriente la institución espera que se ubique entre 20.3 mil y 24.3 mil millones de dólares, es decir, 1.9 por ciento y 2.3 por ciento del PIB.
En el Informe trimestral abril-junio, el Banxico preveía que la cuenta corriente se ubicaría entre menos 6 mil millones y 5 mil millones de dólares, es decir, entre menos 0.6 por ciento y 0.5 por ciento del PIB.
Así que las cifras, de acuerdo al reporte del Banco Central parece que mejoraron, pero aún no resultan alentadoras en tanto el gobierno mexicano no se endeude de manera significativa para apuntalar la economía en la pandemia, como sí lo hicieron en otros lugares ya que este simple detalle tuvo la gran desventaja de que permitió una mayor caída de la actividad económica, la que alcanzará cerca de 9 por ciento, pero mantuvo la fortaleza del peso mexicano.
Sin embargo advierte aun riesgos para el crecimiento Se considera que los riesgos para el escenario central están sesgados a la baja por ejemplo que la pandemia se disipe en el corto plazo, como resultado de nuevos tratamientos o de la introducción de una vacuna efectiva. Que los estímulos que se han otorgado sean efectivos para contrarrestar las secuelas de la pandemia y apoyarla recuperación de la economía global. Que la reciente entrada en vigor del T-MEC propicie una inversión mayor a la esperada.
Mientras que los riesgos que aun se advierte para el Banco Central son: que se prolonguen las medidas de distanciamiento social o se retomen medidas más estrictas. Episodios adicionales de volatilidad en los mercados financieros internacionales. Que las medidas de apoyo a nivel nacional o internacional, sean insuficientes.
Que las secuelas causadas por la pandemia sobre la economía sean más permanentes. Que se observen reducciones en la calificación de la deuda soberana y la de Pemex. Que persista el entorno de incertidumbre interna que ha afectado a la inversión.